miércoles, 22 de noviembre de 2006

¡Prohiban el matrimonio gay!

Decidido como estaba (y sigo estando) a postear acá sólo textos de mi propia hechura y de mi propia experiencia, no podía dejar de repetir (bueno, de versionar) esta lista de razones por las que se debe prohibir el matrimonio gay.
En verdad que es una estrategia bien acertada reunir los típicos argumentos de quienes se oponen a la unión homosexual, y demostrar su absurdo, su enfoque erróneo o su claro carácter de prejuicio con sólo añadirle las lógicas conclusiones a cada una de ellas.
En alguno de los puntos podrá notarse, pese a mi adaptación, el origen estadounidense de los textos originales.
Las fuentes fueron en primer lugar la gente de Webmaníacos, quienes consultaron esta, que a su vez se originó en esta otra.

1 - Ser gay no es natural. Y la gente siempre ha rechazado lo que no es natural: por ejemplo, los lentes de sol, el aire acondicionado, los transplantes o las pastillas anticonceptivas.

2 - Permitir el matrimonio gay animará a más gente a hacerse gay, de la misma forma que si sales siempre con gente alta acabas siendo alto. ¿Que fumar sea legal hace que todo el mundo quiera fumar?

3 - Legalizar el matrimonio gay le abrirá la puerta a muchos otros comportamientos extraños. Por ejemplo, la gente querrá casarse con sus mascotas puesto que los perros tienen identidad legal y pueden firmar un contrato matrimonial.

4 - El matrimonio heterosexual ha existido desde siempre y no ha cambiado en todo este tiempo. Es decir, las mujeres son aún propiedad de sus esposos, los negros no se pueden casar con los blancos y el divorcio es ilegal.

5 - El matrimonio heterosexual perderá parte de su profundo significado si se permite el homosexual. Recordemos el profundo significado de bodas como la de Britney Spears, durante 55 horas y sólo para divertirse.

6 - El matrimonio gay no está permitido por la religión. Y en una teocracia como la nuestra, los valores de una sola religión se imponen en toda la comunidad. En nuestro país hay una sola religión, oficial y obligatoria.

7 - Los matrimonios heterosexuales son válidos porque producen niños. Así que hay que prohibir los matrimonios que no engendren bebés: las de parejas gays, los de héteros infértiles o muy viejos, los de quienes se casen sin intenciones de tener muchachos.

8 - Obviamente, padres gays engendrarán hijos gays. Eso se puede demostrar viendo que, cuando los padres son heterosexuales, los hijos siempre lo son.

9 - Los niños no se desarrollan normales sin las figuras paterna y materna en casa. Por eso es que nuestra sociedad prohibe expresamente que existan madres o padres solteros. O que los niños los críen abuelos, tíos o hermanos mayores cuando quienes los engendraron falten por alguna circunstancia.

10 - El matrimonio gay cambiará los cánones de la sociedad; nunca nos adaptaremos a nuevas normas sociales. Así como no nos pudimos adaptar a que se abolió la esclavitud, a los derechos humanos, a que las mujeres trabajaran, al divorcio, y otros pequeños cambios sociales a lo largo de la historia.

viernes, 27 de octubre de 2006

Am I cheating?

Lo que sigue estaba casi, casi escrito el mismo día que sucedió lo narrado, hace unas semanas. Pero como siempre, me perfectionist me, pulía y pulía hasta que creo que el cuento dejó de ser lo natural que debió ser. Pero bueno, ahí va. Espero no haber perdido la idea que quería explorar...

Mientras escribo esto, se me evaporan del cuerpo los sudores provocados por un sabroso polvo que eché hace un rato, con un chamo que levanté cerca de casa, cuando salí a comer. Subimos luego de un silencioso cortejo visual por las escaleras mecánicas y pasillos del centro comercial, donde yo esperaba a miMa para tomarnos un café o algo antes de que él se fuera a trabajar...
¿Estoy engañando a miMa? ¿Estoy tirando a mansalva con un cualquiera a sus espaldas? De hecho, sí y no para ambas preguntas...
En efecto nos encontramos para el café mencionado; él que aparece por la escalera y yo que salgo del baño, en el mismo piso pero separados por el balcón de las escaleras mecánicas. Sólo que en la baranda cercana a mí el tal chamo ya me esperaba, disimulado viendo los mensajes de su celular. Había caído. Así que mientras me paro a su lado estoy viendo a la cara a miMa, que captó de inmediato la situación y sacándose el teléfono del bolsillo se dio media vuelta para irse.
"SUBIENDO A CASA", me llega el mensaje en segundos. Ahora soy yo el que parece disimular leyendo la pantalla del celular, pero estoy azorado decidiendo qué hacer para salvar la situación. No sé cuál. Lo llamo:
- ¡Ven, sube a la Feria, te estoy esperando!
- No, se hace tarde, voy a cambiarme para irme al trabajo. Y ya tú tienes planes, parece...
- ¡Tengo una hora esperándote! Nos da tiempo...
- No, chau...
- ...bueh, espérame. Voy subiendo.
Mierda. Miro de reojo. El chamo da un rodeo viendo vitrinas, pero creo que aún espera mi jugada... Me le acerqué, nos saludamos, y en un típico intercambio de números telefónicos y rápidas frases cuadramos para más tarde. Subí volando a casa, donde ya miMa estaba preparándose para irse, y esperaba el cuento, mi versión, los resultados...
Up to here, como se ve, el elemento "engaño" no cabe: yo esperaba a miMa de buena fe, pero pistón es pistón, y el chico no estaba mal. Cuando llegó al centro comercial y vio la situación, yo no tenía ningún ánimo de esconder nada. De hecho, si se hubiese sumado al juego lo habría hecho más divertido, lástima que tenía que trabajar.
Así que le cuento todo, tal como sucedió: el corto flirteo, la coincidencia que él vio (y protagonizó), incluso el cuadre para luego. "Luego" siendo ese mismo día, en un rato, cuando él estuviera en la oficina...
¿Estoy engañando, a los ojos de alguien? A los del chamo, tal vez sí, pues aunque le dije con toda tranquilidad, mientras nos duchábamos luego de tirar, que vivía con mi pareja ("¿Quéeee? Cómo puede ser, y por qué lo haces, estás seguro de que no viene, si yo fuera tú", etc.), me parece que le dejé intencionalmente creer que miMa no se enteraría, un poco para tranquilizarlo, un poco a mi conveniencia, pues un excesivo deseo de repetir de su parte podía atajarlo con un "Está mi pareja" o algo así.
¿Tirando a las espaldas de miMa? Bueno, no: él no estaba presente, pero lo supo incluso antes de que sucediera. La decisión, sí, la tomé sin él: quizá en ese instante "engañaba". Pero... ¿Hubiese sido mejor si lo hacía todo a escondidas? Podía hacerlo, pero lo conté todo. Antes y después. ¿Sería mejor pareja si, teniendo el deseo, desisto del acto pero le escondo que tuve las ganas, que quise tener sexo con alguien distinto?
Engañar es otra cosa. No es revolcarse un rato con alguien a quien tal vez no vuelvas a ver. Es mentir, o dejar de decir las cosas. Esconderlas. También es engañarse uno mismo, decir que no a lo que puede pasar, a lo que puedes desear -y deseas porque estás vivo.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

¿Yo? Vivo alquilado...

Ah, las incómodas preguntas.
En una reunión familiar, la vieja tía comenta, medio haciéndose la loca: "A ElOtro le debe ir muy bien. Consiguió un buen trabajo y se mudó solo... ¿O fue con su novia? ¿Ya se casó?". O la simpática señora del piso 3 te pregunta en el ascensor: "¿Cómo sigue su hermano de la gripe?" Los panas te visitan y comentan: "Está de pinga el apartamento. ¿Cuánto te costó?" Y uno: "No, no es mío, esteee...."
Afrontémoslo. No todos los días amanece uno con ese espíritu de reivindicador social entre pecho y espalda. No siempre tiene uno el ánimo de imponer la propia razón ante los pacatos, los intolerantes, los ignorantes y los demodé. No está en uno a cada rato y en cualquier momento (y ante cualquier persona), dispuesto a reconocer lo marico que es.
Como uno no vive en DisGaylandia, o dentro de uno de los capítulos de Queer as Folk (donde, por Cristo, lo normal es ser homo: los personajes hétero son como extraterrestres), se topa a cada rato con esa pregunta incómoda, aquel comentario que te asume "normal", ese trozo de cotidianidad que te hace revisar mentalmente, una vez más, la lista de respuestas-caretas que tienes en el fondo de la mente, masticadas, preparadas y categorizadas, según la situación que se presenta, la persona que pregunta, la respuesta esperada o las ganas que tengas de discutir.
Siempre hay alguien a quien no le has dicho, un familiar que no tiene ni idea, un compañero de trabajo que pregunta mucho, no necesariamente con mala intención: las personas que te rodean asumen automáticamente que eres tan straight como cualquiera.
Vivo con MiMa y mi perro, desde hace unos pocos años. El arreglo da para no pocas interpretaciones, muchas de las cuales uno mantiene a punta de hablar vagamente, o de dejar pensar, o de no aclarar, dependiendo de quién se trate. Mas lo común es que cuando tu grupo de amigos se reúne para revisar entre cerveza y cerveza sus aventuras y desventuras entre faldas, los primos andan ya contando cumpleaños infantiles y los vecinos hablan de colegios, pañales o lechinas, tus comunes se han casado, divorciado, amancebado o aconcubinado, entonces la isla de rareza en la que te has convertido se ve clara en el horizonte, y debes convertirte en corredor de 100 metros con vallas para sortear todas esas incómodas preguntas...

martes, 15 de agosto de 2006

Me quiero mudar a Los Cachicatos...

¡Dios! Acabo de regresar del cine, y en la cola de las chucherías me he tropezado (más bien me tropezó. ¿Molesto, yo? Para nada...) ese negro precioso que hace la cuña de Movilnet, la de, saben, "Los Cachicatos es un pueblito del estado Sucre..."
¡Pana, qué tipo tan buenazo! Y no me refiero a lo buen ciudadano que es... ¿Qué cuerpo, qué ojazos, qué color, qué tamañote...! Ya había yo olvidado de la canción que MiMa me cantaba cada vez que me hablaba de "El Resuelve", programa mañanero de RCTV... ("Un negro bellísimo"... "estoy enamorado"... "qué vaina más bella...", etc.) Saber que él casi no ve televisión debió hacerme sospechar que había algo... Y en efecto. El tipo tiene un porte, un look, una presencia...
Hice un poco de investigación vía la web. Edgardo Escobar González se llama el susodicho, fue Míster Delta Amacuro en el Mr. Venezuela 2004, y tiene 23 añitos... ¡Está como le da la gana! Se los recomiendo... Edgardo: ¡Me llamas cuando estés con la abuela!

martes, 4 de julio de 2006

Guía ElOtro® de Buceo (II)

Algunas de las personas que me honran leyendo esto se habrán preguntado por qué no he ilustrado con fotos las distintas descripciones que he hecho de "machos buceables". Creo tener en mi abultada carpeta "Mis documentos/imágenes" ejemplos claros de cada uno de los tipos corporales que menciono, pero una de las razones para no postearlos es que sé que cada quien tiene una idea particular sobre los ejemplares. No quiero romper la ilusión. Tal vez, además, ver la imagen dé flojera de leer...
Otra razón, el poco tiempo que puedo dedicar a bloguear, y más ahora que me restringieron muchísimo el acceso a internet en mi trabajo. Estoy averiguando cómo hacerlo vía e-mail, cosa de aprovechar esos ratos oficinescos muertos.
* * *
Continuando, pues, con la guía de buceo, me doy cuenta de que no todas las descripciones se corresponden con "fenotipos" o tipos de cuerpo específicos. Algunas de las definiciones aluden a la circunstancia: vestuario, actitud, incluso acompañantes en el momento. Lo importante es que sirven para identificar al sujeto en el campo visual, separarlo rápidamente del resto... y disfrutarlo.
* * *
Nadador: Todo el que ha visto transmitir una competencia olímpica de natación sabe a qué tipo de cuerpo me refiero: largo, grácil pero no frágil, sin una molécula de grasa, y un desarrollo de los dorsales que simulan agallas. Los brazos, fuertes pero no abultados. La cintura, breve; el abdomen, plano. Guarda cierta similitud con el "Tarzán" de la entrega anterior, pero es más... aerodinámico, hay cierta cualidad de escualo. Casi puedes oler el cloro de la piscina en su pelo, casi deseas verlo acechando sinuoso entre sábanas y atacando, sorpresivo.
Basketbolista: Y siguen las comparaciones deportivas. Este sujeto tal vez no toque un balón de basket nunca, pero tiene toda la pinta: casi siempre es negro, o al menos morenazo latino; camiseta extremadamente grande, shorts de esos largos y sueltos, que bailan sobre unas piernas poderosas, gigantes, que terminan en unas brevísimas medias (calcetines) tobilleras y unos Nike (of course) del número 45 o mayor... Se pregunta uno si al final es cierta la idea esa que asimila al tamaño del pie a la talla de aquello otro... Completan el figurín una bandana de lycra, corte al cero y una actitud insolente, sobrada...
Papá: A pesar de que cualquier hombre apuesto inspira decirle "papacito" (uff, qué cursi; o papito, o papazote), al tipo a que me refiero aquí es, en realidad, aquel que carga un bebé o un niño pequeño. Esto no lo hace automáticamente elegible para el buceo, claro, pero no hay duda de que si un tipo es joven y simpático, y encima de eso ya está criando, da cierto morbo... En Caracas, por el centro, abundan: muchachos que apenas arañan la veintena, pero que ya arañaron otra cosa y, pelón de cálculo o no, ya andan con un cachorrito y, a veces, hasta con la madre del mismo. Viene a la mente una propuesta: "¡Yo te lo crío!" O peor: "Hazme uno..."
Novio: Tampoco se refiere a un fenotipo particular: estos andan con la novia, esposa, querida, "tierna", etcétera. Casi siempre haciéndole alguna atención: beso, caricia, manoseo, beso... De nuevo, se trata de identificar rápidamente en la calle a uno que está bueno: "Mmmm, novio a la derecha, de azul". Puede fugazmente imaginarse uno en el lugar de la atendida pareja.
Gallo: El nombre es un clásico liceísta. También gallardo, gallex, cara 'e gallo. Describe al que aparentemente no quiebra un plato: serio, modosito, bien peinado, con lentes la mayoría de las veces. Da la impresión de ser estudioso, o muy de su casa, casi tonto. Puede derivar en Cara'e bobo, si se pasa, o incluso en Cara'e güevón, si la cosa es muy acentuada. De todas maneras, puede ser atractivo, en un estilo muy Jeckill y Hide, confiado uno en poder desatar ese otro lado de la personalidad. Y, puestos ya a fantasear, a menudo suelo asociarlo a una generosidad de las dimensiones genitales, tal vez porque como "no se come ni un rosco", desarrolla las habilidades auto-estimulatorias al extremo...
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De nuevo disculpen lo extenso, pero se inspira uno... Aún quedan descripciones, déjenme saber qué les han parecido hasta aquí, y si coincido con el gusto de alguno...

domingo, 25 de junio de 2006

Un préstamo de Mauricio Cornelio...

He tomado prestado al genial M. C. Escher uno de sus diseños, el nudo que alguna vez pensé en tatuarme, como avatar para mi perfil. Cualquier relación directa con los intríngulis de mi psiquis, es pura coincidencia...

viernes, 23 de junio de 2006

Digresión, desviación

La saga de aventuras de camionetica protagonizada por PataCaliente me hizo recordar un episodio de mi bachillerato. Lo titulé así porque fue con una mujer, aunque ahora que lo pienso no me distanciaba mucho de mis experiencias sexuales: apenas las tenía. Algún escarceo, muchas miradas y demasiado desconocimiento. Con hombres, eso sí. Pero esto fue una mezcla de curiosidad, atrevimiento y dejar hacer...
Tomé con una compañera de clases una camioneta en la Francisco de Miranda para ir a una biblioteca por el centro. Tuvimos que sentamos separados, ella en un puesto hacia la mitad del pasillo y yo "ensanduchado" entre cuatro en el asiento trasero, "la cocina". A mi derecha iba una mujer, imagino ahora que de unos veintipico a treinta, que al poco rato comenzó a emitir unos sonidos extraños...
Yo, tímido desde siempre, iba con mis manos en el regazo, donde llevaba una chaqueta y cuadernos. Ni volteaba, pero con el rabillo del ojo percibía que aquello era conmigo. Los ruidos se transformaron en el conocido "sartén chirriante", y ahora sus dedos me rozaban el brazo... ¡Terror! Comencé a sudar frío, miraba a los demás a ver si se daban cuenta, a mi amiga que de vez en cuando me miraba con el fastidio del que quiere llegar.
La tipa siguió acariciándome con sus brazos cruzados, y yo sentía su mirada clavada en mí. La veía alternar entre mi cara y mi entrepierna. En un arranque de atrevimiento, incliné hacia adelante el cuerpo y separé mi brazo del costado; ese era por lo visto el movimiento que ella esperaba, porque de inmediato lanzó su mano y me agarró el pene por sobre el pantalón.
Apenas me dio tiempo de cubrirme con la chaqueta. Ella comenzó a tantearme, apretando y acariciando, ante lo cual mi erección no se hizo esperar.
"Bueno, ya lo agarró, ahora me deja tranquilo", pensaba yo cuando sentí que luchaba ahora con el cierre. ¡Coño, pero si me lo quiere sacar! Mi paloma al aire libre en pleno transporte público! Mi incredulidad bloqueó a la prudencia, y de todas maneras ya estaba en eso. Estiré las piernas para facilitarle la labor.
Todavía recuerdo el pantalón que tenía puesto, un jean kaki de esos con bolsillos y cierres por todos lados. Y lo recuerdo porque el color oscureció ahí donde empezaron a caer las salvas de mi eyaculación, segundos después (ey, dije que tenía poca experiencia ¿no?) de que mi vecina me estimulara violentamente una vez expuesto mi miembro al mundo. Recuerdo también la franela, una chemise Polo amarilla, que tuve que ponerme por fuera para ocultar el emplaste mientras la discreta pajeadora se quitaba el semen de la mano con el asiento.
Como en una mala película, a los pocos momentos llegaba yo a mi destino. La tipa me hablaba en susurros ("¿te gustó, ah?" "Qué rico...", etc.) y hasta me arrancó la promesa de vernos ese fin de semana en el Parque del Este, para, decía, "pasarla rico". Aún debe estar esperándome...
Mi amiga quizá pensó que el calor me había afectado, tanto que salí de la camioneta sudando y con la camisa por fuera...

lunes, 19 de junio de 2006

Guía ElOtro® de Buceo (I)

Primero que nada, mis disculpas por la dilatada ausencia. Estaba internado en una clínica de rehabilitación (la popular pero elitesca Clínica "Vilma Chevrolet") por mi adicción a leer blogs. Así es: no he posteado nada porque no me alcanza el tiempo que uso frente a la computadora, ahora prácticamente dedicado a tratar de salirle al paso a la gigantesca hemorragia diaria de posts que el Bloglines me recopila de unas tres docenas de mis bitácoras favoritas, entre personales, de chismes tecnológicos, noticias, diseño gráfico y otras fruslerías...
De modo que este post puede considerarse un paso más en mi recuperación... Sé que puedo hacerlo: normalizar la periodicidad de mis relatos... leer menos o con mayor velocidad otras fuentes... hacer de este espacio otra hemorragia de posts, para ocasionar la adicción de otros desprevenidos lectores, y así vengarme de... No, no, borren esa última. Bad, bad, bad. De vuelta a la celda...
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Cuando a miMa y a mí nos da por practicar el noble deporte del buceo urbano (es decir, cada vez que estamos viendo machos en la calle), nos basta algún rápido gesto, una muda interjección, o el clásico carraspeo disimulado, junto a un rápido movimiento de cejas, manos o boca para identificar y disfrutar un especímen digno de ser buceado.
Pero dado que el disfrute visual no está completo si no se comenta con detalle lo observado, y en vista de que cuando no andamos juntos suceden muchos avistamientos igual de gloriosos que deben ser compartidos, nos ha dado por adoptar, como imagino que lo ha hecho cualquier cantidad de parejas, una serie de términos comunes para identificar con precisión y abreviar en descripciones, cuando hemos de referirnos a una de nuestras frecuentes experiencias extáticas visuales...
Lo que sigue es una breve primera entrega de lo que he dado en llamar "la guía". Disculpas anticipadas si me alargo describiendo, pero es que escribiendo me los imagino y... you get the idea.
* * *
Tanque: Se corresponde con el tipo de cuerpo fornido, de amplio desarrollo torácico, brazos fuertes, cuello corto o grueso, generalmente no muy alto, o si lo es, también es extremadamente fornido: la clave está en que se percibe como "ancho" más que "alto". Puede ser de gimnasio o no: tener un torso amplio natural. No confundo con "papiao" (ver). Una línea muy delgada lo separa de las vacas (ver). Tanquecito es su equivalente en pequeña estatura (mmmm....) o en jovencito (re-mmmmm...)
Vaca: Un tanque que "se pasó". Si es de gimnasio, se inyecta o abusa de los hierros; si no hace ejercicios, come como troglodita y la proporción corporal pasó del cubo a la esfera. Vaca también se refiere a los que tienen grandes músculos pero flácidos o redondeados, como ubre... No del todo descartables...
Camión, camión de carne: Similar al tanque, es quizá un poco más "echao pa'lante" y voluminoso. Estos sí que son, por regla general, adictos al gym. Si está demasiado bueno lo hace a uno perder el decoro, y hasta salirse de la correcta pronunciación: se vuelve un "camión de calne"...
Papiao: Sorry, no hay manera más correcta de escribirlo. "Papeado" se ve más bonito, pero no tiene la misma fuerza expresiva. Este término cubre casi cualquier tipo de cuerpo, con el común denominador de que se nota a simple vista el trabajo de gimnasio. Quieren a su cuerpo; uno no puede sino quererlo con ellos...
Tarzán, Greystoke: Uno de mis favoritos. Tiene un tipo de cuerpo que recuerda a la mencionada película animada de Disney: músculos alargados pero generosos, impresión de flexibilidad y agilidad. Pies y manos grandes, estas últimas generalmente cuelgan de una manera animal, salvaje... Tetas no muy voluminosas. Cintura estrecha. Si van en shorts o bermudas, destacan unas pantorrillas perfectas; si van sin franela (suele ser así, son extremadamente deportistas) los abdominales podrían matarte de impresión, la ingle se marca descarada. No se descarta el pelo largo, liso, para completar la analogía visual.
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Quedan otros tipos para futuras entregas, cosa de no hacer de este post una enciclopedia intragable. Aunque considerando el tema, tragar es uno de los verbos que se me viene a la mente...

sábado, 3 de junio de 2006

Gay=escándalo=¡ventas!

"Narcogays destapan corrupción policial" tituló en estos días El Mundo, vespertino caraqueño, para referirse a una banda que intentó pasar kilos y kilos de droga tragada desde Venezuela a Francia. El caso es que 18 de las ¡22! mulas eran aparentemente, travestis. ¿O transexuales? ¿Tranfor? Quién sabe... Por ahí decía algo de una peluquería, no se qué de una fiesta en Francia... pero en el título sí lo pusieron bien grandote: NARCOGAYS.
¿Me quiere alguien explicar qué carajo es un narcogay? A ver... Narcotráfico es tráfico de narcóticos. ¿Entonces un narcogay es un marico que trafica droga? Me suena más bien a alguien que se "aparcha" sólo bajo los efectos de un narcótico (algo así como los "machos" que se emborrachan y reparten culito: yo los llamaría etil-gays).
Un marico que trafica droga es un narcotraficante, como lo es cualquier mula hétero, o la lesbiana tragada, o el tranformista con maleta de doble fondo... ¿Los vas a bautizar Narco-lesbi, Trans-narco, héterotraficante? ¿Por qué entrar en la exploración de la preferencia sexual del criminal? ¿Por qué no construyen el apelativo con cualquier otra de sus características: el narcogordito, una narcocelulítica, el narcomaracucho, los narcocatires, el narcobigotudo..? Simple: ¿a que compraron bastantes periódicos los que vieron el titular y se imaginaron el escándalo y la cantidad de chistes que iban a poder sacar con la palabrita? Seguro le pueden ver el morbo a la cosa: "además de marico, narcotraficante..." En la mente de muchos, un doble criminal...

lunes, 29 de mayo de 2006

Overheard in Unicasa

Escogiendo unas cebollas ayer en el supermercado, no pude evitar (tampoco quería) escuchar una conversa entre dos empleados, por los lados de las verduras:
- Por ahí anda XXX, el de la panadería... (dice A: moreno, fornido tipo tanque*, unos brazotes, descargando un saco de papas)
- ¿Quién, vale? (responde B: no tan fornido pero con cuerpo, blanco y pelirrojo, mediofeo pero de alguna manera degustable, ayudándolo)
- XXX, vale, el marico ese... Tengo una suerte pa' los maricos... Ese como que quiere que (expresión que no oigo, pero del tipo "le empuje las caraotas", o algo así de ordinario)
Aguzo entonces el oído (y la vista: esos brazos... Mmmm... Tal vez no sea sólo "suerte"). Sigue B:
- Bueno, cuál es el peo... Te resuelves el desayuno...
- No joda... ¿Por un desayuno?
- Le sacas unas empanadas...
- Nooo... ¡Por lo menos cuatro arepas! Pero qué va...
- Dale, guón... Lo tienes ahí, porsia: "mira, sálvame ahí, que ando mamando, y te resuelvo..."
* * *
Yo seguía manoseando cebollas, pero ya creo que se notaba mi interés (¿o acaso no era su intención? No me veo obvio, pero igual andaba con miMa**, y estos linces captan rápido... No sería la primera vez que escucho algo así conversado bien alto "a propósito"), así que me fui, pensando... ¿Cuán extendida está la práctica (no la de escuchar conversas ajenas, sino la de "coger maricos a cambio de"? ¿Cuántos empleados de supermercado (y de tienda, y camioneros, camioneteros, buhoneros, desempleados, y alguno que otro estudiante vago pero gozón) llegará a fin de mes gracias a las "ayudas" de alguien que le echó el ojo (y el guante), como seguro le pasará a A, el del súper, y luego siguen en su "vida oficial", con su "jeva", tan héteros como cualquiera —o eso quisieran ellos creer? ¿"Gay-for-pay", como algunas galerías de la web?
A lo mejor es una práctica de siempre, aunque tiendo a pensar que la situación actual ha hecho agudizar el ingenio de los que tienen con qué, y ofrecen ese "con-qué" para quien tenga el gusto, y pueda o quiera pagarlo...
Yo, en lo particular, he tenido el dudoso (y en algun caso, sabroso) honor de "ayudar" a uno que otro por ahí... ¿Alguien más se confiesa?
Y va el piedepágina: * = tipo tanque, es una de las clasificaciones por "fenotipo" que tengo, en lo particular, de los tipos; más sobre esto en un próximo post. ** = miMa: mi Marido, mi Macho. Mi pareja, pues...

viernes, 26 de mayo de 2006

¡Vive! ¡Vive! ¡Ja ja ja jaaaa....!

Behold, bloggers & blog-readers alike! Prepárense para leer aquí lo que —sin intermediarios, sin censura, sin pudor, sin ceramente (¿ceramente? ¿Esto tiene que ver con limpieza de pisos?) y sin verguenza alguna— comentará para ustedes este su servidor. Los impublicables e impúdicos, simpáticos y simpélicos (en la lengua) pero sobre todo homosexuales comentarios de... Elotro. (Wait. Si son impublicables nada tienen que hacer en un blog... bueh, en fin. Ya dije que era sin verguenza, así que...)
Elotro (pronunciado así: e-lo-tro, de la única forma posible) es el accidental nombre que Blogger ha permitido, luego de 3 intentos, ponerle a mi alter-ego (pronunciado así: alt... ¡BASTA con los paréntesis!), ese que cuya personalidad es la mía pero que prefiere no hablar mucho. Ese tipo más bien pana, serio y trabajador, muy opinionated, gay para más señas, que suele abstenerse en mis otros blogs, y que se abstenía, hasta ahora, de comentar en muchos otras bitácoras, sólo por su tema, orientación o autor abiertamente homosexual...
That's right! No poder comentar a otros, con tranquilidad y anonimato, desde mi (otra) personalidad de Blogger fue lo que me llevó a crear este blog... Qué marico, ¿no? Bueno, pues ya estoy en esto, y de eso es que se se trata: este blog es mi "otro" sitio de expresión. Mi "desbarrancadero" gay. El vertedero de todas esas ideas que claman por ser compartidas, discutidas, aporreadas, desvirgadas, abusadas, aprovechadas... Mmmmm... La ventana de mi closet (¡Ey! Ese era un buen nombre...), que mira hacia la blogósfera, tan viva y tan poblada de gente super-interesante. y a la que me uno.
Espero que lo disfruten.