tag:blogger.com,1999:blog-288004522024-03-23T14:16:34.799-04:00Detexto decirte...Mi blogay.ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.comBlogger50125truetag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-19979209548136040482010-04-14T19:14:00.000-04:302010-04-14T19:16:43.205-04:30Autoayuda<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/S8ZSFPpWmRI/AAAAAAAAAIc/e79KZQttjig/s1600/self-suck.gif"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 300px; height: 289px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/S8ZSFPpWmRI/AAAAAAAAAIc/e79KZQttjig/s400/self-suck.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460141848286107922" border="0" /></a>Leyendo esta mañana sobre el <span style="font-style: italic;">autofellatio, </span>práctica poco usual en la que un hombre se hace sexo oral a sí mismo, encontré una entrevista a uno de esos afortunados —por flexible— individuo. Como la revista que le hacía preguntas no era porno ni gay, las dudas eran muy básicas, pero me sirve para plantear acá algunas de mis propias dudas, experiencias.<br /><br />* * *<br /><br />- Se dice que apenas 1% de los hombres tienen la capacidad de darse una mamada ellos mismos. Ese porcentaje, sospecho, debe ser mayor en el caso de los hombres <span style="font-style: italic;">que lo han intentado. </span>¡Aunque después no se lo cuenten a nadie! Tú... ¿lo has intentado?<br /><br /><span style="font-weight: bold;">- ¿Es gay darse una auto-mamada?</span> Para muchos imagino que sí: la presencia de un pene erecto a centímetros de la cara les puede resultar altamente ofensiva. Incluso si se trata de su propio pene. ¡Y ni hablar de eyacularse en la cara o la boca! Algunos hombres, sobre todo durante las primeras exploraciones eróticas de la adolescencia, se arriesgan a <span style="font-weight: bold;">probar su propia leche</span> cuando se masturban: pueden ir desde una chupadita en los dedos hasta tragarse toda la carga (sobre todo si necesitan deshacerse de ella sin levantar sospechas hogareñas); pero recibirla disparada en los labios o en los cachetes, como una actriz porno, es muy diferente.<br /><br />Las autofelaciones que yo he visto son homosexuales. La película <span style="font-style: italic;"><a href="http://www.imdb.com/title/tt0367027/">Shortbus</a>, </span>que vi hace como un año en Caracas, abre con una escena de autofelación bien explícita, con eyaculación incluida; y aunque hay sexo de todo tipo en esa recomendable peli, ese personaje es homosexual.<br /><br />Así que sí: parece que la autoestimulación oral fuera exclusivo placer homo. En todo caso, la duda que he percibido en las pocas personas a las que les he preguntado si lo harían (ahorita recuerdo a un excompañero de trabajo, a quien le mostré unas fotos incluso) es esta:<br /><br /><span style="font-weight: bold;">"¿Y si me gusta?"</span><br /><br />Se refieren, claro, a sentir la erección en la boca. ¿Y si después quieren probar con un pene distinto? La respuesta es: quién sabe. A mí me gustó autofelarme, cuando podía, y me ha gustado por supuesto felar a otros machos. ¿Pero un hétero? ¿Seguro de sí mismo, de su gusto por las mujeres?<br /><br />Y las mujeres de esos hombres, ¿estarían contentas de saber que su novio/esposo/amante se ha metido un pene a la boca? Total, si ellas lo hacen, por el gusto en la boca no será que lo rechacen... A lo sumo, las pueden tranquilizar recitándoles el curioso el planteamiento que le hacen al entrevistado de mi lectura mañanera: <span style="font-weight: bold;">Si masturbarse, que consiste en agarrar tu propio pene con la mano y hacerlo eyacular, no es gay, por qué sí lo es agarrar tu mismo pene con la boca y hacer lo mismo?</span><br /><br />En todo caso, dudas van y dudas vienen, en los hétero lo que realmente me importa es que no pierdan el gusto por ser felados. Y ser felados, sobre todo, por un fiel pana gay que, total, si ha perdido la flexibilidad para autoejercer el placer, siempre puede dar ese placer a los demás...<br /><br /><span style="font-size:85%;">Bonus: la <a href="http://www.eyeshot.net/autofellatio.html">entrevista</a>, la conseguí de nuevo. En inglés.</span><br /><span style="font-size:85%;"><br />Imagen: www.sex-on-a-plane.com</span>ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-49524110641741776872010-02-01T17:01:00.000-04:302010-02-01T17:03:12.655-04:30Probando los límites héteroBueno, pues leyendo una de las notas recientes del blog <a href="http://caraquenosquesuos.blogspot.com">Caraqueños quesúos</a> (excelente, pasen por allá) que habla sobre los "heteroflexibles", no puedo sino venir a echar el último cuento de mi propio ejemplar de esa especie. Franela.<br /><br />Ahora repasando este blog abandonado me doy cuenta de que ¡hace casi 3 años! conté las primeras experiencias con ese ex-buhonero de por mi casa, que un buen día se me insinuó en un callejón cercano, y poco después se dejaba mamar en la privacidad de mi casa. Se perdió por un tiempo, pero esporádicamente repicaba mi teléfono y era él, que extrañaba "un cariñito desinteresado" de este servidor, que tan bien se aplica cuando tiene una verga de ese calibre frente a sí.<br /><br />Hace como dos semanas llamó. Estaba de nuevo en Caracas (se había ido al interior, donde la familia) y tiene un trabajo nuevo. ¿La razón de la llamada? Extraña:<span style="font-style: italic;"> consígueme una camisa azul, que no tengo. </span>¿Qué escuché yo? <span style="font-style: italic;">Voy para tu casa a tirar.</span><br /><br />Y tal cual (lo primero, pero también y sobre todo, lo segundo). Con cualquier excusa despaché lo de la camisa, y tal vez sirva la excusa para que venga de nuevo. Pero como para no perder la costumbre, mientras le hablaba vi cómo se acercaba al baño, se abría el pantalón y... salga al aire la macana gruesa y ya semierecta del pana, lista para recibir un cariñito.<br /><br /><span style="font-style: italic;">Ok, </span>pensé yo. <span style="font-style: italic;">Quiera más de lo que le doy... pero yo también quiero probar otras cosas.</span><br /><br />Así que, como <a href="http://detextodecirte.blogspot.com/2007/09/pero-reljate-disfrtalo-franela-v.html">una de las últimas veces que vino</a>, no lo dejé salir del baño. <span style="font-style: italic;">Vengo de la calle, voy a echarme un poco de agua.</span> <span style="font-style: italic;">Vente.</span><br /><br />¿Qué hacer, para aprovechar su total desnudez bajo la ducha? Primero, hacerlo participar más activamente a ver hasta dónde llegaba.<span style="font-style: italic;"> Toma, lávame tú.</span> Le di la "ducha teléfono", y me volteé. Rápido se centró entre mis piernas, sus manos entre mis nalgas, y luego del jabón, me dobló por la cintura para que le expusiera lo que quería: mi ano. Se puso a lamer a placer, separándose a ratos para ver, tocar con los dedos, acariciar.<br /><br />Lo segundo, endulzarlo: un apretón a su morena verga y ya gemía, así que me agaché frente a él para darle la mamada de bienvenida. Creo que estar de repente tan desnudo lo emocionó, porque de inmediato me agarró por el cuello y cabeza para empujármelo más y más adentro de la boca. Lamí a placer la cabeza gigante que tiene, con ocasionales alardes de "garganta profunda" que lo volvieron loco.<br /><br />Lo siguiente fue usar con él una de mis tácticas favoritas de intercambio de "roles" cuando estoy en el sauna: ponerme de pie muy pegado de él para que mi propia erección fuese subiendo casi entre sus piernas. Pero captó, creo, y se echó hacia atrás. Mmmm, hábil... pero no tanto como para que no quedaran nuestros dos falos juntos, y de nuevo tomé la iniciativa. Pajazo a mano llena, doble agarre. Esto ya lo había dejado hacer, y lo disfruta. Los dos miramos a mi mano apretar y masturbar el amasijo. Escupo para lubricarlos y darle morbo.<br /><br />Mientras estimulo así ambos falos morochos (bueno, ni tanto: el mío un poco menos monstruoso), lo empujo hacia la pared. Todo rápido para que no piense. Ahora sin intentar meterme entre sus piernas me acerco del torso hacia arriba, y nuestros pechos se tocan. No se queja porque lo sigo pajeando. Pero reacciona abrazándome y poniendo más bien su verga por debajo de la mía. ¡No me molesta para nada! Su glande busca acercarse a mi ano, y a la vez yo rozo su bajo vientre con mi erección. Si lo viera su mujer...<br /><br /><span style="font-style: italic;">¿Me vas a dar culito? </span>Comienza su letanía. Pero bajito, casi suplicando mientras se mueve bombeándome por debajo. <span style="font-style: italic;">Anda, la puntica, anda... </span>Su pedido lo intercala con gemidos, y poco a poco se acerca a mi oído, su boca roza mi oreja. Muevo la cara un poco y casi siento un beso en la mejilla... ¿Buscando convencerme? Ay, Dios, el roce casi me hace acabarle encima...<br /><br />Separándome para evitarlo, sigo masturbándolo. Halo sus manos hacia su verga, para que se dé él mismo (cosa que me excita ver), pero no retiro mi pene, que toca con la punta su mano. Trato de acercarlo y... ¡bingo! Para no discutir, como aquella vez, me lo agarra, aprieta y comienza a pajearme. Rápida, rítmicamente, viéndolo, tal vez comparando la sensación con respecto a la de hacerse él la paja. Sé que si digo algo, gimo siquiera, retirará la mano. Disfruto el momento... y ya. Se retira sin decir nada al cabo de un rato. ¡Lo logré! Señores, este es un carajo casado, malaaaandro, con 3 hijos, que supuestamente, me ha contado, tira todos los días. Y ahí está: pajeándome.<br /><br />Sigo mamando para que no piense que "noté su debilidad". Me agacho con la regadera en mano, masaje a su pene, sus testículos, su ombligo con agua fría, alternando con lamidas lujuriosas. Otro atrevimiento: meto la regadera entre sus piernas para que el agua suba entre sus nalgas. Sigue mudo. <span style="font-style: italic;">Voltéate, </span>le digo.<br /><br />Sólo da media vuelta y queda de perfil, sus nalgas se perfilan frente a mi cara. Lo mojo y paso la mano. Como no reacciona, ahora mi mano se mueve de nuevo, desde su baja espalda, toque rápido por las nalgas, dedo que se trata de perder entre ellas hacia su ano. <span style="font-style: italic;">Epa, no, deja. </span>Bueno, tenía que intentarlo de nuevo. Se pone de frente una vez más. Quiero seguir chupando, y en un último toque, con la excusa del agua, acaricio sus testículos con la mano extendida, copándolos. La punta de mis dedos rozando su ano. ¡Estoy que exploto!<br /><br />Y así está él. Mete la verga con fuerza en mi boca, y ahora le doy el masaje que se merece, con rapidez y furia. Pocos segundos después lo retira y acaba, su semen deslizando por mi mejilla, el mío salpicando en el piso, entre sus pies.<br /><br />* * *<br />Nos secamos en silencio, y cuando se viste conversa sobre cualquier cosa que no sea sexo. Como para dejar atrás algo que no está muy seguro de poder explicar, razonar, reconocer...<br /><br />¿Podría decir que he hecho un poco más flexible la heterosexualidad del pana? Comparando con la primera vez, vestido y sólo con la verga asomando por el pantalón, yo diría que ha habido progreso. "Ese carajo va a terminar en marico", ya había sentenciado miMa cuando estuvimos los tres retozando en mi cama con anterioridad. Ese cuento, por cierto, podría echarlo a continuación de este, cuando me haga la paja que recordar el duchazo me provocó...ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-91513352003039113052010-01-25T11:13:00.002-04:302010-01-25T11:18:07.031-04:30Tengo Twitter¡Buenas! Más de seis meses sin escribir nada acá, qué barbaridad... De seguro nadie se acuerda de que este blog existe. De hecho muchas bitácoras, por el blogroll que veo ahora en mi propio Home, sufren de olvido de sus propios autores, ¡y ya no digamos de quienes los leen!<br /><br />Bueno, trataremos de resolver esto. A escribir. Y de paso, ahora he abierto una cuenta en Twitter, cosa de facilitar el contacto más inmediato, poder decir cosas cortas en el momento en que ocurran, y avisar de cuando actualice por acá.<br /><br />La cuenta es <a href="http://twitter.com/ElOtroXXX">esta</a>. Bienvenidos entonces a seguirme todos aquellos que se enteren, y que gusten de... bueno, de lo que se trata en este blog. Saludos.ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-81878767477267142882009-06-26T09:36:00.005-04:302009-06-26T10:25:59.500-04:30Dos inesperadas posibilidades de homenaje<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SkTc3HGQtRI/AAAAAAAAAIQ/s1VbPFWi9dE/s1600-h/MJackson.bmp"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 217px; height: 320px;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SkTc3HGQtRI/AAAAAAAAAIQ/s1VbPFWi9dE/s320/MJackson.bmp" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5351645096579216658" border="0" /></a><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SkTcTk2t90I/AAAAAAAAAII/BdvBOuCnSpo/s1600-h/Farrah_Fawcett_iconic_pinup_1976.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 194px; height: 300px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SkTcTk2t90I/AAAAAAAAAII/BdvBOuCnSpo/s320/Farrah_Fawcett_iconic_pinup_1976.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5351644486091798338" border="0" /></a>Este domingo en la Marcha Gay... ¿cuál de las dos recientes estrellas del espectáculo recién fallecidas aparecerá más?<br /><br />Considerando lo que ambos íconos de la cultura pop han significado para la comunidad gay (aunque en épocas distintas), no es de extrañar que algún homenaje se les haga. Si bien no necesariamente en escena, alguien decidirá sin duda lucir las pintas, el peinado, la actitud de alguna de las dos estrellas (que ese es un talento muy del colectivo: <span style="font-style: italic;">impersonation </span>o imitación, aunque este último término no hace tanta justicia a lo que muchos llaman homenaje).<br /><br />Ya veremos, pues. A desempolvar el recuerdo de ese baile que les ganó popularidad en las fiestas de bachillerato, a sacar del clóset aquella peluca que les acercó un poco más a la apariencia de la rubia perfecta, ángel de Charlie de la memoria. Ahí estaremos el domingo.ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-15745162934461212582009-05-20T22:57:00.003-04:302009-05-20T23:22:00.970-04:30La prueba<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/ShTPfzdM2ZI/AAAAAAAAAIA/6FddjtFD9tw/s1600-h/bucket_of_water.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 240px; height: 320px;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/ShTPfzdM2ZI/AAAAAAAAAIA/6FddjtFD9tw/s320/bucket_of_water.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5338119603636459922" border="0" /></a><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" ><b>I. Creí que no era conmigo: </b></span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" ><b>si </b></span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" ><b>uno va caminando por una avenida donde a golpe de cinco de la tarde bajan puros obreros hacia el Metro y uno de ellos se te queda mirando, lo primero que piensas es que te le pareces a alguien, o que te está buscando camorra; cualquier otra cosa menos que le llamaste la atención.</b></span> <p style="font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;">Pero ahí está, un veintiañero delgado y de piel aceituna, una sombra de bigote oscureciendo su cara de niño malo, bolso al hombro sobre una chemise de rayitas, jean desgastado. Va en la misma dirección que yo, unos pasos adelante, y se ha volteado a verme (o eso creo) un par de veces. La cuadra es larga y nuestras miradas se cruzan varias veces. Así que calculo cuándo volteará de nuevo y en ese momento me toco inocentemente el pene por encima del pantalón; le veo esbozar un leve, levísimo gesto de comprensión y aminorar el paso.</span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">Lo alcanzo y saludo casualmente, y contesta con un gesto. Lo tengo que precisar en pocas frases porque faltan pasos para llegar a la puerta de mi edificio: ¿Epa... Y pa' dónde la llevas? <i>Pa'l Metro, </i>dice. Yo, a mi casa... ¿tienes prisa? <i>Nah... </i>Entonces, ¿me acompañas?<i> Bueno.</i></span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">Entramos al edificio. En el ascensor lo miro a la cara y le doy un toqueteo </span><span style="font-size:100%;">rápido </span><span style="font-size:100%;">en el frente de su pantalón, a ver si entendí las señales, las miradas. No se quita, ni se sorprende, ni lo rechaza: el tipo sabe a dónde va y a qué.</span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">Me cuenta de su trabajo, yo del mío, mientras entramos al apartamento. Estamos ahora frente a frente en la penumbra vespertina de mi cuarto. Se queda callado.</span></p> <div style="text-align: left; font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">Comienza a juguetear tímido con su cinturón, como no sabiendo ya qué hacer. Pero mi mirada baja directa a su paquete y eso le quita las dudas; cuando suelta el bolso y se abre el cierre apurado yo ya estoy de rodillas. Agarro su pantalón por ambos lados de la cintura, y de un jalón lo dejo desnudo del ombligo hacia abajo. Me mira con una sonrisa entre pícara y azorada mientras su verga comienza a crecer frente a mi vista.</span></div><p style="font-family: georgia;"> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">- Guao... ¿y quién se come todo eso?</span> </p> <p style="font-family: georgia;"> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">- No, nadie... <i>mi esposa.</i></span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;"><br /></span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;"><b>II. Creí que esas cosas no pasaban: un carajo supuestamente hétero con los pantalones abajo, la verga tiesa y hablando abiertamente con otro carajo, obviamente gay, sobre sus relaciones con su mujer. Ni en la mejor fantasía de acuesta-machos...</b></span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">Pero allí está, un digno representante de ese fenotipo de obrero malandro que tanto me gusta, callado mientras su erección crece y crece.</span></p><p style="font-family: georgia;"><span style="font-size:100%;">- Sí, vale, soy casado, desde los diecinueve, dos años...<br /></span></p><p style="font-family: georgia;"><span style="font-size:100%;">- ¿Y todo bien? ¿El sexo qué tal?— le pregunto para saber si es que vive un engaño o es en serio la cosa.<br /></span></p><p style="font-family: georgia;"><span style="font-size:100%;">- No, fino, pero bueno, no es lo mismo...</span> </p> <p style="font-family: georgia;"> </p><p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">Mientras pienso en cómo este carajo reconcilia en su mente lo de tener mujer, probablemente hijos, y hacerse una paja con otro carajo, lo tomo por la cabezota púrpura de su pene y lo llevo hasta el baño. <span style="font-style: italic;">"Ven que te lavo, quiero mamártelo".</span></span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">Por supuesto, me deja hacer, por un buen rato. Luego de pasarlo por el chorro de agua, </span><span style="font-size:100%;">recibo </span><span style="font-size:100%;">sentado en "el trono" sus furiosas acometidas dentro de mi boca, mientras me pregunta y —como no contesto para no ser maleducado, con la boca llena</span><span style="font-size:100%;">—</span><span style="font-size:100%;"> se contesta él mismo.</span></p><p style="font-family: georgia;"><span style="font-size:100%;">-¿Y con quién vives? ¿Solo? ¿O con tu pareja? Aah... Y él a qué hora viene? ¿N</span><span style="font-size:100%;">o podemos hacer un trío con él? Seguro que lo mama riiico, así... Y lo tiene así como tú, grande... Nos podemos coger los tres, ¿sí? Mmmmm.... - Su morboso monólogo lo excita cada vez más, y acelera el ritmo.<br /></span></p> <p style="font-family: georgia;"><span style="font-size:100%;">No quiero que termine tan pronto, así que me levanto, y él aprovecha para abrazarme por la cintura, voltearme y poner su erección alineada entre mis nalgas, mientras ahora con ambas manos me comienza a masturbar. Tal como me gusta hacerlo, desde atrás, parece que se masturbara a sí mismo, y vaya que lo hace bien. Me pone al borde en pocos minutos.<br /></span></p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">- Ufff, pero qué rico lo haces, vale, para no ser gay manipulas muy bien un güevo distinto al tuyo... (excitado suelo ser un poco temerario en mis declaraciones)... Esa "mujer" tuya como que tiene uno parecido...</span></p><p style="font-family: georgia;"><span style="font-size:100%;">- Nooo, vale, ojalá...En serio que soy casado, nunca hago esto...<br /></span></p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">No termino de creerle, pero hay que disfrutarlo como venga. Me coloco a su lado para poder corresponderle el estímulo, y me fajo a masturbarlo a la par que él a mí. Aceleramos el movimiento pero, aunque lo está disfrutando y sus gemidos van aumentando, de repente me detiene con un firme agarre en mi muñeca...</span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;"><br /></span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;"><b>III. Creí que me estaba jodiendo: nunca le di mucha credibilidad al cuento ese de la ponchera de agua, a la prueba de los cachos. Uno ha escuchado tantas vainas de cuaimas y celópatas... Pero cuando el tipo me explica el clínico razonamiento de su mujer, tengo que preguntarme: ¿cuántas extrañas formas de coexistir entre dos personas se llaman "relación de pareja"?</b></span></p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;">- No, no puedo acabar... Mi mujer siempre se fija cuánto acabo; si es poquito va a saber que ya eché uno...</span> </p> <p style="font-family: georgia;"> <span style="font-size:100%;"><i>¿¡Qué!? </i>Lo miro a la cara como esperando que se eche a reír, pero su cara de circunstancia me despeja la duda. ¡La vaina es en serio! "Dale tú... déjame a mi..." y continúa administrándome un enérgico pajazo. Cuando siento cerca el orgasmo, me acomodo para hacerle un buen espectáculo. Gemimos juntos, aunque sea yo el único estimulado. Acabo teatralmente sobre el lavamanos. Me lavo mientras él se guarda su miembro, aún semierecto, sin haber acabado, cosa que seguro hará con la cuaima cuando llegue a casa más tarde...</span> </p>ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-1479182539362338972009-04-30T09:29:00.001-04:302009-04-30T09:35:26.650-04:30De regreso de nuevo, parezco IlanCuánto abandono por acá, ¿no?<br /><br />Ya estoy trabajando en nuevos posts, que no se puede perder así el contacto con tanta gente, ni perder la oportunidad de contar tantas cosas...ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-33758980943665463702008-10-05T12:57:00.001-04:302008-10-08T14:47:11.537-04:30La primera pasa, la segunda lo repasa*... ¿y luego?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SOj4zcKHmvI/AAAAAAAAAHo/8B39zxJhkdE/s1600-h/phone.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SOj4zcKHmvI/AAAAAAAAAHo/8B39zxJhkdE/s320/phone.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5253722527943334642" border="0" /></a>El sábado pasado estaba tomándome unas cervezas con miMa en un tugurio gay que queda cerca de casa, y desde nuestra esquina enumerábamos a los muchos conocidos que entraban, bebían, bailaban o salían—el "mundillo" homo de mi zona caraqueña es un pañuelo— cuando entre ellos apareció una de mis antiguas "conquistas", más precisamente el protagonista de <a href="http://detextodecirte.blogspot.com/2006/10/am-i-cheating.html">esta aventura</a>.<br /><br />— Mira, tu "amante"... —insinuó MiMa, que sabía de los mensajes medio <span style="font-style: italic;">enamoradizcos</span> que el chamo me había enviado, proponiéndome un arreglo extramarital medianamente estable.<br /><br />— Ja ja ja... ¡Ningún amante! Bueno, tan amante como cualquiera de los "tuyos" —y con esto me refería yo a cualquiera de los invitados "de visita única" que también él ha tenido.<br /><br />— Ese chamo subió como tres veces, ¿no?<br /><br />— No: dos. La vez <a href="http://detextodecirte.blogspot.com/2006/10/am-i-cheating.html"><span style="font-style: italic;">esa</span></a> y una segunda de... ¿refuerzo? ¿profundización? ¿bonus track? ¿desquite? ¿despedida?<br /><br />* * *<br />No pude definirla, y quedó en el aire el tema. ¿Cuántas veces es lícito/conveniente/recomendable tener sexo con uno de estos llamémoslos <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">levantes? </span>(dentro de lo lícito/conveniente/recomendable que pueda ser un encuentro sexual extra-pareja, pero eso ya es otro asunto).<br /><br />¿Cuándo deja la cosa de ser casual para convertirse en relación, o <span style="font-style: italic;">cacho </span>ya por toda la calle del medio? ¿Es válido procurar otro encuentro, o dejar que el levante lo busque? ¿Se valen más veces si la cosa evoluciona a trío con la participación de la pareja?<br />* * *<br /><br />Una conclusión que sacamos, tras un breve análisis de las experiencias individuales y conjuntas, es que el límite se ubica por ahí, difusamente, cerca de la tercera vez.<br /><br />Veamos.<br /><br />Básicamente, <span style="font-weight: bold;">la primera vez, </span>la del morbo flagrante, es la de <span style="font-weight: bold;">conocer. </span>Saborear un nuevo cuerpo, explorar texturas y tamaños y actitudes y capacidades. Probar y dejarse probar: lucirse con la visita, pues. Uno está centrado en disfrutar y hacer disfrutar al otro. No existe el futuro, sólo el ahora.<br /><br />Al final de esta primera vez, no es extraño intercambiar números... ¡aunque algunas veces no se intercambia ni el nombre! (de ser así, sabe uno que se encontró con una especie de cometa. Pasó, lo disfrutaste y listo; queda para contarlo). Pero si se anota o entrega el celular, hay que estar preparados para una eventual repetición...<br /><br /><span style="font-weight: bold;">La segunda vez</span> se alimenta de todo cuanto uno haya experimentado o inventado de la primera. En este encuentro hay morbo, <span style="font-style: italic;">muuucho:</span> ¡Imagínense, volver a encontrarse con todo lo que uno descubrió en el estreno! También da chance de probar todo lo que luego de la primera vez se quedó por fuera ("¿y si hubiese hecho esto? ¿y si hubiese agarrado aquello? ¿y si tocaba más allá? etc.)<br /><br />Más he aquí que esas elucubraciones son precisamente las que hacen que uno infle tanto la primera vez que, bueno... uno espera de la segunda mucho más de lo que termina ocurriendo. De hecho, es en esa segunda oportunidad cuando se notan los detalles menos perfectos del otro. Que es uno más, vamos (recordemos que estamos hablando de levantes, encuentros casuales, y además que ocurren como un divertimento sexual. Sin más búsqueda que la del placer). También esa segunda vez, siendo planeada, es menos espontánea. Parece una cita, y eso corta un poco: los preparativos, a veces tener que "hacer ganas"... ¡tener que <span style="font-style: italic;">comunicarse </span>con alguien con que en principio sólo se quería tirar!<br /><br />Pero total, al fin y al cabo, sucede. Justificamos el haber intercambiado teléfonos, comprobamos que alguien nos desea (¡y/o que deseamos a alguien!) como para planear un encuentro. Se disfruta nuevamente... Y ya. ¿No? Pues no siempre...<br /><blockquote>(La segunda vez, hay que hacer notar, no siempre se da. A veces con el sol de la mañana se ve mejor lo que en la noche se obvió; a veces la primera no fue tan explosiva y uno se lo piensa mejor para repetir. A veces <span style="font-style: italic;">el otro</span> se lo piensa mejor para repetir, y uno nunca vuelve a saber de él. A veces la cosa queda en una serie de saludos, medias invitaciones y morbosidades por teléfono que poco a poco se van distanciando hasta desaparecer.)</blockquote>Y entonces viene <span style="font-weight: bold;">la tercera vez. </span>La tercera... es difícil de definir. Uno piensa: ¿Y esto qué es? ¿Una relación, acaso? No un noviazgo, tampoco un cacho. ¿Amistad con derecho? <span style="font-style: italic;">¿Fuck buddy? </span>Porque ya ciertamente no es el encuentro casual de la primera vez, ni esa medio-cita, medio resolución-del-morbo-pendiente de la segunda...<br /><br />¿Qué vendrá después? ¿Acaso revisar las agendas para ver dónde encaja un encuentro rutinario? ¿Preguntar con aire inocente por la estabilidad de las respectivas parejas? ¿Poner (¡o aceptar!) una tarifa para la siguiente vez? ¿Hay, pues, que ponerle nombre a todo aquello?<br /><br />* * *<br /><br />Como se ve, para que la cosa quede todavía en el salvable anonimato, hay que detenerse entre la segunda y tercera vez. Eventualmente, la cosa se enfriará, se distanciarán los mensajitos o llamadas, se olvidará uno del sujeto (o el sujeto de uno), hasta que tiempo después ocurra el consabido encuentro —casual, nuevamente— en el tugurio. Lo que queda es el saludo silente, un gesto con la cabeza o quizá un breve intercambio de cortesías... con una comprensible, pero no siempre lograda, mirada hacia el otro lado por parte de la pareja. Con un hacerse el loco de parte de todos...<br /><br /><span style="font-weight: bold;">ACTUALIZACIÓN: La pana Eleia toca <a href="http://withoutabu.blogspot.com/2008/08/de-3eras-vencidas.html">acá</a> en su blog el tema desde el punto de vista hétero femenino... ¡y no tiene desperdicio, visítenla ya!</span><br /><br /><span style="font-size:85%;"><span style="font-weight: bold;">(*) ¡El título! </span>El título de este post (se me cayó la cédula) alude a una cuña de TV de una afeitadora, ¿la recuerdan?</span>ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-57231929182449202402008-10-03T10:58:00.005-04:302008-10-03T10:58:00.386-04:30Vergonzosa confesión:<span style="font-weight: bold;">Me buceo a los malandros en los obituarios del Últimas Noticias.</span><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SOOqOkRnHaI/AAAAAAAAAHg/Wu7JI_ZDwpk/s1600-h/obit1.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/SOOqOkRnHaI/AAAAAAAAAHg/Wu7JI_ZDwpk/s320/obit1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5252228757676563874" border="0" /></a>¡Es que hay algunos que se ven tan buenotes!(o serán mis gustos medio proletarios, ja ja ja). No sé, además, si le agrega al morbo el hecho de que hayan muerto jóvenes, o el que probablemente haya sido por lo general en hechos de violencia...ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-37601467472704732792008-06-17T10:40:00.000-04:302008-06-17T11:45:05.520-04:30Javier García y los despreciablesSucedió este fin de semana el lamentable asesinato del periodista Javier García, y desde los primeros de los más de 1.700 comentarios dejados en el <a href="http://www.noticias24.com/actualidad/?p=15246">post de Noticias24</a> acerca del hecho se ventilan y repiten las ideas más manoseadas, las posiciones más extremas y las bajezas más reaccionarias —como siempre en ese sitio de noticias: <span style="font-style: italic;">todo </span>tiene que ver con Chávez y con el gobierno, a favor o en contra. La noticia más inocente y alejada de lo político se verá invariablemente, a la vuelta de diez o quince comentarios, convertida en pasto para la polarización alrededor de un solo punto: Hugo Chávez.<br /><br />Pero es en la algidez de esa banal discusión donde surge, en este particular caso, el arma arrojadiza de la inclinación sexual, y esto me ha hecho notar no pocas incoherencias, lugares comunes, prejuicios histéricos y tristes paradojas. Digo arma arrojadiza porque, no contentos con la especulación acerca de cuál sería la preferencia sexual del profesional asesinado, el grado de <span style="font-style: italic;">mariquez </span>del contrario se vale igual para insultar, para descalificar opiniones o para jurar neutralidad y objetividad. De suerte que podemos encontrarnos con estas perlas de razonamiento:<br /><blockquote><span style="font-style: italic;">"No importa si JG era gay o no, eso es su vida privada, pero la vida es sagrada y el asesinato, terrible</span> —quien así habla parece, si no apoyar, al menos no juzgar a JG por su supuesta homosexualidad—<span style="font-style: italic;">... así que ustedes, chavistas maricones frustrados, locas de clóset,</span> <span style="font-style: italic;">no pueden negar que hay inseguridad en el país, ojalá a la Tareka, a la Barreta les pase lo mismo, etc. etc. etc."</span> —y ahí se fue al demonio el cacareado respeto por la diversidad.</blockquote><blockquote><span style="font-style: italic;">Chavez y su gabinete son una cuerda de maricos, ¿por qué no los matan a ellos también? </span>va en la misma frase, juro que lo leí, que <span style="font-style: italic;">Javier esa un ser humano excelente.<br /><br /></span></blockquote>Y como este mensaje, cientos. <span style="font-style: italic;">Esa vaina fue crimen pasional, </span>dicen seudoexpertos (<span style="font-style: italic;">¿pasional</span> porque un carajo mató a otro en su casa, su cama? ¿No es crimen entonces? Si un tipo acuchilla a su mujer, ¿no se investiga porque es <span style="font-style: italic;">pasional?</span>).<br /><br />Brillan por su endiablada lógica las voces según las cuales el caso <span style="font-style: italic;">no es inseguridad porque el asesino fue, </span>aparentemente, <span style="font-style: italic;">invitado por su víctima al apartamento. </span>¡La culpa es de él ahora! ¿Y la del atracado, por cargar cosas valiosas? ¿La del motorizado por tener moto? Parece razonamiento de delincuente... despreciable.<br /><br />Me gustaría conocer la opinión de algún homosexual partidario del gobierno (Las habrá, ¿no?). Al menos, supongo yo, no recurrirá al manido <span style="font-style: italic;">eso no es inseguridad, eso le pasó por marico.</span><br /><br />¿No es inseguro, entonces, salir de noche y conocer a alguien, en estos días y en esta ciudad? ¿No es sentimiento de inseguridad lo que se experimenta cuando cualquier persona en la calle puede ser un ladrón asesino? <span style="font-style: italic;">El gobierno no puede vigilar lo que dos hombres hagan en una cama, </span>dice una tranquilizando su conciencia. Ah, pero... ¿el gobierno no puede contribuir a crear un ambiente de bienestar, de calidad de vida? ¿A quién le haría falta volverse una rata asesina, que apuñala a otro ser por unas vanas pertenencias materiales, si tiene desde que nace una buena educación, oportunidad de trabajar y vivir bien? ¿Sucedería esto sin la percepción reinante de que nada se castiga, todo está permitido, sálvese quien pueda? ¿No es el Estado el que debe revertir esa sensación generalizada?<br /><br />No seré yo quien niegue la situación de riesgo a la que se expone cualquiera que invite un desconocido a su casa... si ese fue el caso. Quien me haya leído antes lo sabe, eso da para otro post. Digo más: no me es desconocido este modo de robo por un choro disfrazado de levante. Y aunque no creo que haya que caer en el simplismo ramplón de decir que a JR <span style="font-style: italic;">lo mató Chávez, el G2 </span>o <span style="font-style: italic;">la DISIP, </span>tampoco se puede sin embargo liberar al Estado del clima de histeria en el que vivimos. Y ultimadamente, usar la carta de lo gay para inculpar a la propia víctima o liberar de culpa a quienes dirigen la seguridad ciudadana... es despreciable.ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-4226362031589951152008-03-11T10:00:00.000-04:302008-03-11T09:54:00.589-04:30Ya no es informal<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R9aVZV9BwSI/AAAAAAAAAFo/M1t7kUE1J3s/s1600-h/TShirts2.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R9aVZV9BwSI/AAAAAAAAAFo/M1t7kUE1J3s/s320/TShirts2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5176489084331344162" border="0" /></a>Estamos echados viendo tele. MiMa surfea por los canales —acabamos de poner cable y nos familiarizamos con la programación— y yo en unos minutos me voy al gimnasio, a retrasar en lo posible por otra hora y media el atrofiamiento indeclinable que la edad trae consigo.<br /><br />Suena mi celular: no es mi <span style="font-style: italic;">partner </span>de ejercicios. La pantalla dice, en verde:<br /><br /><div style="text-align: center;"><span style="font-family:courier new;">FRANELA llamando...</span><br /></div><br />¿¡¿Quéee?!? ¡Así es! Tengo su celular...<br /><br />* * *<br /><br />Como recordarán, el amigo del puesto de ropa y la boa morena estaba "cesante". Los buhoneros fueron retirados de toda la zona, y miMa y yo nos preguntábamos si sus apariciones cesarían o él recordaría tener mi número (y mi disposición) para cualquier, eh... "emergencia".<br /><br />Hace cuestión de una semana, entonces, nos topamos de frente con él, cerca de casa. Sentado cerca de donde despachaba antes, repartía tarjetas de una tienda...<br /><br />— ¡Epa!, ¿Qué más, pana? Ahora estoy en ese centro comercial...— señaló hacia unas minitiendas a pocos metros. — Estamos vendiendo lo mismo pero en un local, yo ya tenía mi punto hecho aquí...<br /><br />¡Y vaya si lo tenía! Yo, por ejemplo, pasaba siempre por la zona buscándolo, aunque no precisamente para comprarle ropa. Interrumpió mis cavilaciones, directo:<br /><br />—¿Y qué van a hacer... ahorita?— MiMa y yo realizábamos algunas diligencias, que le relaté brevemente. MiMa me miraba contrariado.<br /><br />—Bueno... toma la tarjeta, cualquier cosa estoy por aquí...<br />—¿Pero este eres tú, el nombre de la tarjeta? ¿Y tu número es ese? —Yo no iba a dejar perderlo de nuevo tan fácil.<br />—No, bueno... anota ahí— y procedió a dictarme, como pensé que nunca haría, su número personal. Despedidas y seguimos. MiMa necesitaba aclarar:<br />—¿Pero no te preguntó quá haríamos en este momento? ¿Por qué no...?<br />Yo, circunspecto, le muestro el número:<br />—Hoy no, pero ya está localizable. A la orden, pues...<br /><br />* * *<br /><br />De vuelta a la inminente partida al gimnasio, le muestro la pantalla del celular a miMa, y contesto. Expectativa en el ambiente.<br /><br />—Épale. Qué hay.<br />—¿Qué pasó, pana? Mira, voy saliendo del trabajo, ¿Paso por allá?<br />—Coño...— Me hago el duro —Yo ahorita voy saliendo pal gimnasio... ¿Y mañana?<br />—No, vale... Ahorita, anda... ¿Si va? Y me lo mamas bien...<br />—Verga... es que me están esperando. Por acá está el pana también... (me refiero a miMa, a ver si lo corta que estemos los dos, a veces pasa)<br />—Dale, vale... Estoy allá en cinco minutos. Le doy a los dos. Anda, que tengo ganas de acabarte en la cara...<br /><br />Me mata el lenguaje poético. Lo pienso un poco —dos décimas de segundo— y le digo: dale, pues.<br /><br />—Voy bajando... (miMa cree que para irme al gimnasio) ... a abrirle a este chamo.<br />—¡¿Quée!? ¿Viene ahorita? ¿Y no te vas? ¿Y no le dijiste que mañana?<br />—Pues... es que me convenció. Ya subo... subimos.<br /><br />* * *<br /><br />Llegamos, y él ya se sabe el camino de ladrillos de oro: entrar en el cuarto, saludar a miMa —¿qué pasó, cómo está ese culo?— y comenzar a desvestirse son una sola cosa.<br /><br />Lo que sigue puede resumirse en una divertida batalla de tres, con profusión de atenciones orales para el invitado, que hay que ser amable con la visita, y sus usuales solicitudes: ¿tienes condón? ¿no quieres que te lo meta? Anda vale, siempre puro mamar, puro mamar, denme culito...<br /><br />Con un nivel ya de relación que roza ya la confianza, le sugiero —mi pene casualmente recostado sobre su muslo, en una de esas vueltas de nuestros cuerpos inventando posiciones— que para evitar el "siempre lo mismo", se deje coger él. La negativa es clara aunque ya no tan vehemente: no se siente amenazado. Una palmada a mi culo y acomodarse sobre el pecho de miMa para sobrevolar su cara con la verga sirven para despejar la idea. Le habla ahora a él:<br /><br />—¿Y tú, no quieres que te lo meta? El pana (se refiere a mi) ya probó, pero tú no me has dado...<br /><br />Intercambio de miradas que son negociación, y estiro la mano hacia la mesita de noche, de donde saco un preservativo y lubricante. Franela, explayado en el centro de la cama, adelanta la porno de Rocco Sifredi que le puse para ambientar, mientras lo forro con el látex y lo sacudo un poco para ponerlo a punto. Minutos después, miMa se estrena en lo de empalarse sobre la morena y dura verga del día, su dueño concentrado en el proceso y con el control del TV aferrado en una mano.<br /><br />Me echo a un lado para ver la cogida, luego de besarnos teatralmente miMa y yo sobre Franela, mientras me masturbo al ritmo de los gritos de placer actuado del video. Todo se acelera y los gemidos comienzan; el movimiento de pistón en el centro de la cama, la verga subiendo y bajando gruesa y caliente dentro del culo de mi pareja captura la atención de los tres y nos olvidamos de la película. Cuando acabo sobre mi pecho, Franela ya acusa los efectos de la estimulación, y se aferra a los muslos que lo cercan para dar las últimas arremetidas, su cara mezcla de esfuerzo y placer. MiMa, aún sentado sobre el invitado, se pajea para unirse al coro de orgasmos, y Franela ya recuperándose lo advierte: "Mosca me vas a llenar la cara de leche..."<br /><br />* * *<br /><br />Total que Franela tiene mi número, como antes, pero ahora yo tengo el suyo. Entregado voluntariamente. Ya no es informal: ni su trabajo —de la calle pasó a una tienda— ni nuestra "relación" —le gusta la vaina y quiere estar "conseguible". Y por este puñado de cruces que procuraré "conseguirlo" con frecuencia...<br /><br />¿Qué es eso que dicen de la perseverancia?ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-74838929008505794602008-01-29T10:30:00.000-04:302008-01-29T10:33:16.685-04:30¿Dónde estás, Caraquista?<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R59AJYl_hZI/AAAAAAAAAFg/rP7zNMjEv4k/s1600-h/Biker_gone.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R59AJYl_hZI/AAAAAAAAAFg/rP7zNMjEv4k/s400/Biker_gone.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5160914227954681234" border="0" /></a><br />Hace unos años solía rodar bicicleta los domingos por la Cota Mil. Pasaba toda la mañana, y casi hasta la una de la tarde —cuando abrían de nuevo esa avenida de Caracas a la circulación de carros— haciendo un agotador pero gratificante uso de todos esos soleados kilómetros de pendientes y planos, de curvas y rectas, matando la fiebre de pedalear y hablar de bicicletas, haciendo algo de ejercicio en el proceso, y además disfrutando de las sabrosas pausas a la sombra de algún árbol en los hombrillos o en las entradas del Ávila, para charlar y reponer líquidos.<br /><br />Y por supuesto —no es otra la razón para venir a recordar mi antigua rutina aeróbica en este espacio— que en estos paseos recreaba la vista, y mucho. La cantidad de chicos, jóvenes y hombres ejercitando a pie, bicicleta e incluso patines, paseando a sus perros o en compañía de sus novias, esposas, hijos, era más que un aliciente para no faltar nunca a la cita. Y, como no podía ser de otra manera, solía uno además identificar a uno que otro "favorito" que, con poca o mucha seguridad, vería de nuevo el siguiente domingo, más o menos en el mismo sitio, más o menos a la misma hora.<br /><br />MiMa solía ser, faltaba más, mi compañero de ruta. Yo lo esperaba en alguno de los distribuidores de entrada a la avenida, temprano, para luego lanzarnos en un <span style="font-style: italic;">sprint</span> de ida y vuelta antes del primer descanso y los primeros comentarios sobre la ruta, sobre los planes para el resto del día y, claro, sobre <span style="font-weight: bold;">los "favoritos".</span><br /><br />Para facilitar las cosas, a muchos de ellos le asignamos nombres, bien fuera por alguna característica física, bien por algún detalle circunstancial. Así, el atractivo adolescente <span style="font-style: italic;">sifrinito </span>que rodaba siempre en solitario, de elegantes mallas negras o amarillas y bicicleta de última generación, pasó a llamarse como su bici: <span style="font-weight: bold;">Trek; </span>el ¡riquísimo! modelito de tensos músculos color canela del puesto de jugos de Sabas Nieves quedó bautizado, por rima más que por mnemotecnia, <span style="font-weight: bold;">Hugo ( el de los jugos). </span>Y, finalmente, el ciclista que un día se me atravesó en el camino —y en los ojos—, un moreno claro de contextura delgada pero atlética que debía andar rondando la veintena de cumpleaños, que por cargar esa primera vez que lo ví una camisa de uniforme de los Leones del Caracas, quedó para referencia como <span style="font-weight: bold;">Caraquista...</span><br /><br />* * *<br /><br />Es difícil precisar cuál fue el primer encuentro: en estos casos, es luego de verlo muchas veces cuando nos dábamos cuenta de que era un candidato a "favorito". Pero una vez identificado, comenzaba el juego de sopesar sus atractivos ("bonitas piernas", "¿y esa sonrisota?"), adivinar sus ires y venires ("siempre llega por la entrada de Altamira", "anda otra vez con los amiguitos esos"), aventurar miradas retadoras y, en su caso, interpretar algunos de sus gestos, miradas y lances...<br /><br />Al principio pensé que sólo respondía, como defensa. Cruzarse de frente con él rodando bicicleta era un silencioso duelo de miradas, que ganaba el que la sostuviera durante más tiempo y con más decisión. Pero uno sabía que no eran miradas de "compañero de ruta habitual" cuando no evolucionaban hacia el masculino saludo casual de asentir con la cabeza ("¡Epa, qué más!"). Eso hubiese bajado un poco la tensión que se creaba en segundos, pero en lugar de hacer eso, yo dejaba pasear la vista, de manera que él se diera cuenta, por su cara, su boca, su cuerpo.<br /><br />—¿Y eeeso?— decía MiMa al notar el momento. No con celos: los "favoritos" eran juegos, retos de los que extraer un rato de insinuación, fuente de recreo visual. Golosinas.<br /><br />Caraquista pronto reaccionó a la escalada. Visual y gestual. Los dos o tres sitios de parada y descanso de la ruta se volvieron mudos campos de batalla de insinuaciones. Si yo evaluaba desde una distancia y en silencio su cara, sus piernas, el acolchado en la entrepierna de su licra de ciclista, él se quedaba parado de manera que facilitaba, pasivo, el escrutinio.<br /><br />O iba más allá: ¿Qué necesidad tenía, por ejemplo, de llegar a donde ya descansábamos MiMa y yo, tomando agua y viendo perros por El Marqués, y estacionar su bicicleta justo frente a nosotros —ignorando a dónde iban a recalar sus panas— para, acomodándose el bulto sobre el tubo de la bici, abrir las piernas en mi dirección mientras se estiraba bebiendo de su <span style="font-style: italic;">cooler?</span><br /><br />Será porque ya había descubierto que esa región de su cuerpo atraía la mayoría de mis miradas. Un domingo que rodé sin compañía, y contra todo pronóstico, nos vimos de lejos en Sabas Nieves, ambos descansando, pero no nos acercamos. Simplemente se paró, jugo en mano, y alternaba la vista entre mi cara, retándome, y su entrepierna, que detallaba, retocaba, exponía.<br /><br />Tal vez sólo le hacía falta mi atención, saber que yo estaba pendiente de buscarlo, de verlo. El juego se le hizo agradable y tal vez necesario. Me invitaba a jugarlo: en alguna otra ocasión, y rodando nosotros en plan serio, a velocidad y sin buscar nada, una bicicleta se desprendía de la sombra de un árbol del camino y remoloneaba atravesado en la vía, frente a nosotros haciéndonos recortar la velocidad, y era él. <span style="font-style: italic;">Estoy aquí, </span>decía con ese gesto "inocente". <span style="font-style: italic;">Mírame...</span><br /><br />* * *<br /><br />Como comienzan los encuentros casuales, terminó este. Sin una fecha definitiva o un momento final a conciencia. Simplemente en algún momento dejamos de encontrarlo, o en cierta fecha dejamos de subir los domingos a rodar bicicleta, y así, en silencio, desapareció de mi vida.<br /><br />Nunca sucedió nada sexual con él, sobra decir. De hecho, nada de nada: ni siquiera cruzamos palabra alguna. Pero lo que ahora desde la nostalgia veo como un silencioso flirteo, a medias inocente y a medias lujurioso —la cita no planeada con semana de por medio, que tan pronto llegaba a inflamarse o a ponerse francamente obvia, se disolvía en nada a la una de la tarde con la llegada de los carros a la Cota Mil y la partida a casa por caminos distintos— no debía ser sino el más terrestre de los "pendienteos", que en parte por no saber cómo resolver, en parte porque de haberlo sabido no habría tenido cómo ni dónde hacerlo, y en mucho porque nunca me había sucedido con ese nivel de certeza, dejé de explorar y permití morir, para ahora, años después, evocar con esta sensación de regalo antiguo pero nunca abierto, y recrear con finales cada vez distintos...ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-59733251276568658692008-01-18T16:21:00.000-04:302008-01-18T16:20:53.226-04:30Los sinsabores del anonimatoEl otro día fui a un encuentro de <span style="font-weight: bold;">blogueros porno gays anónimos. </span>Es una cita extraña: las personalidades más disímiles, gentes de las que nunca sospecharías, tienen bitácoras web con el escabroso factor común de tratar aspectos teóricos o prácticos, genuinos o ficticios de su oculta tendencia sexual. Suele haber en el sitio —su siempre distinta ubicación nos es suministrada con una mínima anticipación y de manera muy discreta— un silencio y recogimiento casi de templo, pues hay que recordar que irse de la lengua no es la conducta más apreciada cuando tienes una doble vida y sacas a lucir, si bien entre comunes, la oculta, la desconocida.<br /><br />Me llenaba un sentimiento de modesto orgullo codearme con auténticas leyendas de la combustible redacción homo, y a medida que se formaban pequeños grupos espontáneos de conversación me dispuse, trago en mano, a pasear un poco mis credenciales de autor leído y admirado por una pequeña pero selecta clica; el grupo más nutrido y conversador llamó mi atención y me acerqué para dejar caer casualmente citas de mis comentaristas más efusivos, técnicas de redacción y creatividad usadas en las historias, planes para continuar los cuentos...<br /><br />— ¡Bueeeenas! —los maricos sociales son muy efusivos— Bienvenidoooo... ¿Y tú eres...?<br /><br />Una breve pausa para crear ambiente; nadie adelanta suposiciones, así que...<br /><br />— Soy... <span style="font-weight: bold;">El Otro. </span>Escribo <span style="font-weight: bold;">Detexto...</span><br />— <span style="font-weight: bold;">...decirte!</span> suelta el coro, ahora emocionado. —¡Guao, qué bien, por fin, mijita, te conocemos...!<br /><br />Esto fue fácil, pensé. Comenzamos a charlar sobre las cosas de las que hablamos los blogueros (la vida privada de los que no están, lo malos que son sus sitios web, etc.), y a repartirnos lisonjas. Poco antes de que consiguiera soltar al ruedo el inevitable tema de mi calidad ficcionando y del innegable destino que me espera en el cielo de los que escriben para que otros se hagan pajas, se acercó un sujeto gordito y prudente, simpático pero de una perturbadora manera (una especie de Santiago Segura pero con más pelo), y el grupo interrumpió brevemente la charla para iniciar nuevamente el rito de bienvenida.<br /><br />— ¡Hooola, <span style="font-style: italic;">osito preciosooo! </span>—Ya los tragos estaban soltando las inhibiciones— ¿Y a quién tenemos el gusto ahora de conocer...?<br /><br />El gordito jugueteó un poco con el material publicitario que había recogido de los mucho <span style="font-style: italic;">stands </span>de publicidad presentes (siempre allí, tratando de vendernos artilugios eróticos, o sustancias varias para hacer aflorar nuestra inspiración), y soltó, muy quedo:<br /><br />— Escribo el blog <span style="font-weight: bold;">Detexto Decirte.</span> Me dicen <span style="font-weight: bold;">El Otro.</span><br /><br />Aquello era demasiado. ¡Pero qué le pasaba a ese tipo! Las caras del resto del grupo se dirigieron todas a mí, sin responderle al gordito, a ver qué tenía yo que decir.<br /><br />— Espera, espera... ese es <span style="font-style: italic;">mi </span>blog. <span style="font-style: italic;">Yo </span>soy <span style="font-weight: bold;">El Otro.</span><br />— Bah...siempre me pasa —dijo el descarado, elevando la voz para el grupo pero mirándo mi cara— cuando vengo a estas reuniones, hay muchos que dicen ser yo. Pero <span style="font-weight: bold;">Detexto </span>es mi blog. Tú serás "el otro", pero "el otro farsante"...<br />— ¿Quée? No puedo creer esto. ¡Las historias son mías! Todo eso me ha sucedido a mí! Bueno... no todo, algunas cosas son exageradas o imaginadas, ¡pero son mías! ¡De mi autoría...!<br />— "¡Ajáaaa!", <span style="font-style: italic;">"Yeah... go, girl!", </span> "Eso, defiende tu vaina" —comenzaron algunos del círculo a tomar partido. Una loca en la esquina, con cara de mosquita muerta, abrió la boca por primera vez desde que llegó— ¿Puedes probarlo?<br />— ¡Pero claro que pue... —me interrumpí. ¿Cómo probarlo? Es una cuestión de su palabra contra la mía, pero no me podía quedar callado. Comencé a soltar datos de las historias ya publicadas...—Franela, por ejemplo... ¡es buhonero por donde vivo, en La Candelaria! El otro día volvió a subir a casa, y lo puse a...<br />— Franela vende en El Silencio, a media cuadra de mi casa... Se llama Willderson.<br />— ...¡¿Qué?! Pero qué dices, Franela se llama... no puedo decirte cómo se llama, pero...<br />— ...y MiMa es mi novio: se llama Roberto. Nos vamos a casar en España.<br /><br />Murmullos de aprobación. La gente empezó a ver visos de originalidad en los datos "reales" que soltaba el doble del actor español. La batalla era dura.<br /><br />— ¡No, esperen! Eso no es verdad. MiMa es en realidad... es mi pareja. No puedo decir su nombre, porque me mata, pero créanme... ¡Si hasta puedo enumerar todas la veces en que me referí a él en el blog! A ver... cuando subí con el chamo del centro comercial, él estaba...<br />— ...él estaba por llegar, y me vió haciéndole ojitos al chamo. Se fue y luego lo alcancé en casa, pero...<br />— ¡Basta! Eso lo sabes porque lo leíste...<br />— Lo mismo dicen todos. ¿Quieres que te cuente todo el diálogo de los tipos en el Unicasa?<br /><br />Desesperado, me bajé los pantalones. No, no quería darle el culo a mi impostor, sino ofrecer una prueba más de mi identidad. Mi erección creció rápidamente ante (y estimulada por) la vista de todos.<br /><br />— ¡Miren! Lo tengo torcido, un poco hacia la izquierda. ¡Lo mencioné en uno de mis posts! ¡¡¡Yo soy el dueño de <span style="font-weight: bold;">Detexto decirte!!! </span>—No había terminado de hablar y ya el gordo hacía lo mismo que yo. Su verga también presentaba una ligera curva... y duplicaba en grueso a la mía. El resto de maricos blogueros emitió un gemido de lujuria colectiva. Esto no pintaba bien. Mi pene, apenado, perdió su turgencia.<br /><br />No podía con él. ¡Todo lo que yo adujera como legítimo, para que me creyeran, tenía que haber sido escrito en el blog! Y él obviamente se lo sabía de memoria... Recurrí a mi última prueba, mi arma secreta. Les dí la espalda mientras me terminaba de quitar el pantalón, pero ya no para seguir con la exhibición gratuita ni para solicitar sexo como consuelo:<br /><br />— Conque tú eres <span style="font-weight: bold;">El Otro,</span> ¿no? ¿Y qué te parece <span style="font-style: italic;">esto?</span><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R5ECJGqOFmI/AAAAAAAAAFI/jUGlM1tTQio/s1600-h/tatuaje+escher+nudo.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R5ECJGqOFmI/AAAAAAAAAFI/jUGlM1tTQio/s320/tatuaje+escher+nudo.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5156905403745703522" border="0" /></a>Los "ooh" y los "aah" se elevaron en la sala, que ya ni música tenía, y la guerra llegó a un punto culminante. El Segura reencauchado no se inmutó, y esperó a que las voces se calmaran y todos analizaran mi tatuaje, su parecido a la imagen de mi perfil en el blog, y voltearan a verlo a él. Esperando que bajara el rostro avergonzado y se rindiera.<br /><br />Bajó el rostro, sí, pero para descubrirse la panza:<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R5EFlmqOFnI/AAAAAAAAAFQ/6OWUih58P3M/s1600-h/panza+tatuada.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://4.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R5EFlmqOFnI/AAAAAAAAAFQ/6OWUih58P3M/s400/panza+tatuada.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5156909191906858610" border="0" /></a>Nuevamente se formó la alharaca en la reunión, y de repente me quedé mudo y sin defensa. ¿Qué más podía decir? Las caras del grupo —que ya había crecido hasta ser el centro de atención de toda la reunión— me miraban ya con escepticismo, y a<span>l otro </span><span style="font-weight: bold;">El Otro </span>incluso lo palmeaban en la espalda... (algunos incluso se le acercaban para pedirle el teléfono, pero eso creo que tenía más que ver con su verga modelo lata-de-Coca-Cola). No me quedó otra que una salida un poco cobarde, pero final...<br /><br />— Tienes razón. Soy un impostor. ¡Me encanta hacer esto en las reuniones! Es que... nadie me lee. Así que busco conversación haciéndome pasar por ti. Además, ¡te admiro! No puedo dejar de revisar tu página esperando que publiques de nuevo...<br /><br />A medida que el resto de blogueros lo rodeaban para preguntarle sobre las futuras historias, yo me retiraba pensando: ¿No es esto lo que yo quería? Blogueo anónimamente, los halagos son para un supuesto escritor con un nombre clave, sin personalidad real y sólo identificable por algunos rasgos descritos aquí y allá, y por historias sin ningún dato comprobable que se asocie a mi verdadera identidad. Nada del orgullo de atribuirse el trabajo, a cambio de la gloria de pasar desapercibido y no dar a conocer mi inclinación sexual ante el mundo...<br /><br />Debo aprender a controlar mi ego. Bloguear debe ser, me repetí en mental letanía, para expresarse, para sacar los demonios, para sacarse punta en el filo de la creatividad. Para retar a los espíritus levantiscos de la lujuria (los míos y los de los lectores) y salir airoso.<br /><br />Si quisiera reconocimiento, me valdría más irme (ey, haré eso, pensé mirando mi reloj) a charlar con mis (otros) pares, y contarles cómo estoy manejando mi progreso a través de los <span style="font-weight: bold;">10 Pasos de la Recuperación</span> de la ingesta de alcohol... Sí eso haré: recibir palmadas en la espalda al contar cómo tengo dos semanas sin tomar, y a ver qué fue de la vida de Julio, el negro que se alcoholizó porque trabajaba y vivía en la licorería (no conseguía casa)... o de Julio, el borracho de plaza que empezó a ir a las reuniones cuando confundió la entrada del local con un baño público. O Julio, el chamito que empezó robándole las botellas de whisky al papá a los 12 y que a los 18 ya estaba totalmente perdido en el laberinto de la caña...<br /><br />Dejé a los <span style="font-weight: bold;">blogueros porno gays anónimos</span> entrevistando a su nuevo héroe; sería sin duda un más interesante encuentro la sesión de <span style="font-weight: bold;">Alcohólicos Homónimos...</span>ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-4404628243828744802008-01-11T08:26:00.000-04:302008-01-12T13:00:02.224-04:30Un (nonato) recuento de 2007<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jrGWqOFlI/AAAAAAAAAFA/YKIFyZkySqs/s1600-h/menatwork.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jrGWqOFlI/AAAAAAAAAFA/YKIFyZkySqs/s320/menatwork.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154628267919939154" border="0" /></a>Pues vaya mierda me ha resultado comenzar a actualizar este espacio en 2008...<br /><br />No se me ocurrió mejor idea que cambiar <span style="font-weight: bold;">Detexto decirte...</span> de una cuenta Blogger a otra (para minimizar la cantidad de correos y "personalidades" que tengo flotando por allí) y todo se volvió un zaperoco.<br /><br />Primero, se perdieron <span style="font-weight: bold;">los enlaces a la mayoría de las imágenes</span> publicadas en el blog: algún visitante de los post viejos se habrá dado cuenta de que aparecían cuadritos vacíos en su lugar. Este problema ya está casi resuelto en su totalidad —tuve que buscar las originales en al menos 3 máquinas, incluso hacer alguna sustitución— pero de resultas hay algo positivo: Google ahora guarda en un <span style="font-weight: bold;">álbum Picasa web</span> las imágenes que uno publique en los posts de Blogger. Así, estarán todas a buen resguardo de ahora en adelante...<br /><br />Después —más trágico aún— perdí y para siempre <span style="font-weight: bold;">las estadísticas de más de seis meses de Google Analytics, </span>por haber eliminado la cuenta desde la que me registré en esa herramienta. ¡Y con esas estadísticas pensaba cerrar el 2007! Las frases de búsqueda más inverosímiles, que enviaron a sus autores a este blog, eran material suficiente para el post más hilarante en toda mi historia... perdidas. ¡Los sitios web de referencia, que alimentaron de valiosos lectores mis escasas y escuetas historias!... irrecuperables. La cantidad de lectores diarios y mensuales... (eso, menos mal que se perdió: ¡daba pena!).<br /><br />Sólo me quedó volver a registrarme en el servicio, y volver a empezar, con 2008, la recopilación de datos... y me queda también tratar de recordar, sobre todo para agradecer, las principales fuentes de tráfico de este sitio: la mayoría de los que leyeron <span style="font-weight: bold;">Detexto</span> en 2007 cayeron acá desde motores de búsqueda, pero cuando se trató de otros sitios —blogs, la mayoría— fueron de valiosísima ayuda Lascivus, con su <a href="http://depravario.blogspot.com/">Depravario</a> (somos como gemelos de blog, estoy convencidísimo); Daniel con <a href="http://lavidadesdeaqui.blogspot.com/">su vida desde allá</a> (y junto a Aloner cuando <a href="http://notevesbien.blogspot.com/">no se ven bien...</a>); Saucisse desde París y sus <a href="http://unpienparis.blogspot.com/">hormigas</a>; aunque ande perdido, Patacaliente y <a href="http://apatacaliente.blogspot.com/">su sitio</a> "homónimo con el mismo nombre" (como leí en algún periódico caraqueño); Willy, el travieso, que <a href="http://undostreschapuzon.blogspot.com/">se mudó </a>pero sigue tan imprescindible; Juanjo con su ¡divinísimo! <a href="http://caracasundercover.blogspot.com/">catálogo</a> capitalino-subterráneo de culos e historias...<br /><br /><span style="font-weight: bold;">A todos ellos —y Diossss, estoy seguro de que dejo a alguno fuera, ruego perdón— les debo ¡unos cuantos! de sus lectores, que se dejaron caer para acá desde sus sitios... ¡Gracias mil! Espero me sigan visitando, que yo espero seguirlos entreteniendo.</span><br /><br />* * *<br />Y sin más, la "preventa" de este año (qué compromiso, diosmío): ¿qué estoy preparando ahorita para publicar? Que recuerde, una continuación con mi pana Franela <span style="font-weight: bold;">—¡el carajo llamó!</span> ¿será que está leyendo mi blog? Al día siguiente de publicar sobre lo perdido que estaba, se aparece... Viene algo bueno, seguro—; la <a href="http://depravario.blogspot.com/2007/09/los-muhachos-de-peralta-y-el-jardn-de.html">historia</a> de vigilantes serviciales de Lascivus me hizo recordar y comenzar a esbozar una saga de aventuras <span style="font-weight: bold;">con obreros de construcción,</span> nada menos; unas reflexiones sobre el servicio que me hizo perder gran parte de mi tiempo conectado a finales de año (y sobre sus usuarios): <span style="font-weight: bold;">badoo </span>y otras redes de contactos...<br /><br />Y bueno. Si me extiendo en la lista, pierdo; mejor dejarlo hasta allí para levantar un poco las expectativas, pero sin dármelas de prolífico:, que una mala reputación me precede y debo luchar contra ella... ¡En fin, como me dijo uno por allí en su comentario-regaño, a escribir, pues!ElOtrohttp://www.blogger.com/profile/14394901247373889096noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-36574560256712779662008-01-07T11:53:00.000-04:302008-01-07T12:34:07.323-04:30¡Bernal no quiere que yo tire!Las calles de mi zona se ven, desde que comenzó el año, anormalmente limpias; se circula inusualmente tranquilo, puede verse más allá de los siguientes dos metros de acera. Los buhoneros no están. Tal vez no ha regresado de su asueto, tal vez acatan a regañadientes el decreto del Alcalde de Libertador y se han retirado de las aceras ahora declaradas "libres".<br /><br />Es decir: no sé nada de Franela...<br /><br />Y no es que hayamos tenido mucho contacto últimamente. Luego de varios meses sin verle la cara, apenas hace cosa de diez días me crucé por su puesto, y me saludó muy alegre, pero sin separarse de su grupo. Y como pasé por allí en la mañana —regresaba de hacer compras— a mediodía revisaba mi reloj y mi celular nerviosamente: ¿habrá interpretado mi paso como antes, una invitación a venir a casa? Luego de las dos de la tarde, me convencí de que no...<br /><br />Ahora que no monta tienda por su ubicación usual (aunque habrá que ver si desde esta semana el respeto por el decreto es el mismo), sólo puedo esperar a que se acuerde de mi número y de mis atenciones... Mientras tanto, evocar... ¡ja ja ja!Anonymousnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-69719192969974768092007-12-17T18:23:00.000-04:302008-01-12T10:35:59.947-04:30¡Vivo!<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jXRWqOFfI/AAAAAAAAAEQ/tXdO_Iy8UF0/s1600-h/lost.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jXRWqOFfI/AAAAAAAAAEQ/tXdO_Iy8UF0/s400/lost.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154606466665944562" /></a><br />Sí, amigos, sigo por acá... Todas las páginas de la última edición del <span style="font-style: italic;">Diccionario Larousse de Disculpas </span>se hacen insuficientes para la perdida que me he echado de este espacio, lo sé... y siguiendo sabios consejos dejados por ahí, manifiesto por esta vía que <span style="font-weight: bold;">no estoy con Ingrid Betancourt o los ganaderos venezolanos...</span><br /><br />Todos (al menos los lectores venezolanos, pues) saben que estos han sido días bastante movidos, y que álgidas circunstancias políticas mantuvieron crispados los ánimos de incluso el más tranquilo (aclaro, empero, que no soy tampoco activista universitario o miembro de algún comando eleccionario); en lo particular, esa ha sido una la más poderosa de las razones para que no me haya quedado gana alguna de hilar acá palabras ficcionadas en tono lúbrico. De hecho, tampoco en mis otros blogs ―los más serios, ja ja ja― ha habido mucho movimiento...<br /><br />No sé, en fin, con cuánta fuerza pueda ese párrafo anterior hacer las veces de excusa... Se sabe que, como los ombligos, todo el mundo tiene una. Pero visto que todo se puede dejar atrás ahora, y que los fríos decembrinos (con sus cálidos aliados: caña, rumba y comida) ayudan a pasar páginas y ver las cosas con otros ojos, procuraré desde este momento soltar nuevamente los dedos y la inspiración para, junto a entretenidos recuerdos y deseables nuevas aventurillas por ahí, volver a darle a <span style="font-weight: bold;">Detexto </span>el ritmo y la calidad que merecen unos cuantos fieles lectores por allí.<br /><br />Quiero agradecer a todos ellos la paciencia de esperar (además del denodado esfuerzo de azuzarme vía comentarios)... Pronto pondré punto final al <span style="font-style: italic;">post </span>que languidecía allá en Borradores, y con la alegría que ―muy a pesar de mi natural carácter― se pega en estas fechas... ¡tal vez consiga añadir la gasolina necesaria a ese poco de cuentos que flotan sin forma en mi cochambrosa cabeza..!<br /><br /><iframe id="AnswersBalloonIframe" src="javascript:false" style="border: medium none ; z-index: 99998; position: absolute; width: 490px; height: 306px; visibility: hidden; background-color: transparent; top: 154px; left: 122px; margin-left: 10px; margin-top: 10px;"></iframe><div style="width: 490px; position: absolute; visibility: hidden; z-index: 99999; text-align: left; top: 130px; left: 122px;" id="AnswersBalloon"><div id="AnswerTipHook" style="background-image: url(http://www.answers.com/main/images/hook-topR.gif); width: 67px; height: 24px; margin-left: 400px; position: relative; top: 10px;"></div><div class="AnswersHeader"><div class="AnswersHeaderInner" id="AnswersHandle0" style="cursor: move;" handlefor="AnswersBalloon"><div class="AnswersHeader1"><a style="float: right;" onclick="var ac = document.getElementById('answertipClose'); if (ac) ac.innerHTML='close'; else window.status='close'; return true;"><img id="AnswersCloseImage" style="margin-right: 10px; position: relative; cursor: pointer;" alt="Close" src="http://www.answers.com/main/images/close.gif" align="top" border="0" /></a><a id="AnswertipMore" target="AnswersQueryWindow" onclick="var ac = document.getElementById('answertipClose'); if (ac) ac.innerHTML='close'; else window.status='close';return true;" style="float: right; text-decoration: none; visibility: hidden; padding-right: 10px; margin-top: 9px;"><span class="AnswersHeader3"> Read more >> </span></a><a id="AnswertipOptions" onclick="var ac = document.getElementById('answertipClose'); if (ac) ac.innerHTML='options'; else window.status='options';return true;" style="float: right; text-decoration: none; padding-right: 10px; margin-top: 9px; cursor: pointer;"><span class="AnswersHeader3"> Options >> </span></a></div><div><a style="float: left;" href="http://www.answers.com/"><img id="AnswersLogoImage" style="" alt="Visit Answers.com" src="http://www.answers.com/main/images/answers-logo.gif" align="top" border="0" /></a></div></div><div id="Answers_frame" class="AnswersContentFrame"><table id="Balloontable2" class="donotmoveme" style="width: 480px; float: left;"><tbody><tr><td> <div id="Answertip" style="overflow: hidden; height: 235px; width: 473px;"></div> <div id="answertipClose" style="display: none;"></div><br /></td></tr></tbody></table></div><div class="AnswersFooter" id="Answers_footer"><div style="width: 470px; height: 22px; float: left;"><iframe id="AnswersAds" allowtransparency="true" style="border: 0px none ; padding: 0px; width: 100%; height: 22px;" src="http://www.answers.com/main/tip2.jsp?s=en%20tono%20l%C3%BAbrico%20%28aclaro%2C%20sin%20%20&wt=1&nafid=&cobrand=" frameborder="0" scrolling="no"></iframe></div> </div></div></div>Anonymousnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-8958484191295400592007-10-28T14:20:00.000-04:002008-01-12T10:20:11.868-04:30Buceo/boxeo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jThmqOFeI/AAAAAAAAAEI/ClINksHEgTA/s1600-h/metrobox.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jThmqOFeI/AAAAAAAAAEI/ClINksHEgTA/s400/metrobox.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154602347792307682" /></a><br />El Metro avanza a un ritmo acorde con el sopor del viciado aire "acondicionado", respirado por el gentío de las cuatro de la tarde. Alterno la vista entre la novela que leo y las caras de quienes salen o entran al vagón. Tres minutos aquí, veinte segundos allá. Sólo en caso de que aparezca algún colirio que haga el trayecto a La California más llevable.<br /><br /><div> </div>Chacaíto es un mar de gente, como siempre. Termino de leer la última frase de una página cuando ya se va asentando el nuevo lote de gente. Ojeo y... sí, ahí va uno. Buceable. Flaco, moreno, pinta de obrero. Viene hacia mi, se sienta justo a mi lado, que voy de pie al lado de la puerta. Suena el timbre de cierre y...<br /><div> </div><br /><div><em>¡Ping! Primer round.</em></div><br /><div> </div>Como el chamo está sentado a mi izquierda, no me ve, así que detallo sus manos, morenas, delgadas... y con las uñas largas. ¿Tal vez llanero, tal vez toca arpa? Jeans desgastados, piernas ligeramente curvas: un gusto adquirido. Detallar, detallar...Puerta.<br /><br /><div><em>¡Ping! Fin del primero. Estoy fresco, no me vio luz. Puntos para mi.</em></div><br /><div> </div>Una señora con varios paquetes sube en Altamira, y mi buceado le cede el puesto. Ahora está parado a mi lado, y ni sospecha. Guardo el libro: esto se pone bueno.<br /><br /><div style="font-style: italic;">¡Ping! Segundo.<br /><br /></div>Unos vellos decolorados suben por sus brazos, elevados hasta el tubo donde se sostiene. Un atisbo de su axila...mmm. Corte de pelo al rape, malandro. Casi puedo tocarlo; casi puedo oler su piel, fresca combinación de perfume y olor a hombre. "Flaco llanero" —ya le puse nombre— usa su nueva posición en el vagón para explorar, vía reflejo en la ventana, su entorno: recorre las caras, se mira un poco arreglándose el pelo, sigue divagando: su mirada se cruza un segundo con la mía.<br /><br />La pelea se pone interesante. El retador presenta pelea. No quito la mirada: que se entere.<br /><br />La ropa deja ver sin dificultad la silueta de su cuerpo: aunque delgado, se nota fuerte y fibroso. Apoya todo su peso alternativamente en una pierna u otra, lo que dibuja más sus formas, especialmente en la cadera. El cierre de su pantalón también crea pliegues que dan espacio para imaginar y...<br /><br /><span style="font-style: italic;">¡Ping! Fin del segundo. ¡Ya lo tienes, no lo sueltes! Saboreo el contacto, las fintas. Huelo el sudor del combate.</span><br /><br />La gente va y viene con cada estación. Pocos conversan, la mayoría adopta la pose metro-zombie: mirada fija y desenfocada. Creo que nadie nota que sólo yo tengo la vista perfectamente enfocada y en uso...<br /><br /><span style="font-style: italic;">¡Ping! Va a comenzar el tercer round.</span> Confiado, sigo mirando, poseyendo: ya casi dueño de toda la <span style="font-style: italic;">esencia </span>de Flaco llanero. Me doy el lujo de ignorar señales de defensa: no está mirando al frente, me mira directo a la cara. Mis ojos recorren sin cuidado su espalda, la curva donde termina, su culo. Creyéndome dueño del ataque, me agarra sin problemas:<br /><br /><div>—¿Qué vaina es? ¿Tú me estás buceando, o qué te pasa, pana?</div><br /><div><em>¡Derechazo fulminante! el golpe salió de la nada a mi quijada; veo luces bailando a mi alrededor. Aturdido, sacudo la cabeza para presentar la defensa. El público atento a mi reacción, hay silencio alrededor...</em></div><br /><div> </div>—No. Es que... te conozco. Tú trabajas en la feria de comida del centro comercial La Rochela, yo iba a comer ahí todo el tiempo.<br /><div> </div><br /><div><em>Está confundido, al menos por un par de segundos. Aprovecho para recomponerme. Vuelvo a los movimientos. Asomo una leve cara de confianza. De pana que no ve desde hace tiempo, de reencuentro.</em></div><br /><div>—Ah, bueno, sí... pero ya no <span style="font-style: italic;">chambeo </span>allá: sacaron a un poco 'e gente... Ya va, yo como que sí me acuerdo, ¿tú no eras el chamo que me dijo lo de...</div><div> </div><br /><div><em>La pelea no acaba aún. Seguimos dándonos vueltas. Un golpe aquí, uno allá...</em></div><br /><div>—Disculpa el peo, pana, pero tú sabes... uno es un varón... yo pensé que estabas, tú sabes, en una de buceo, de pargo y tal... Tú no ibas a estar en eso, ¿no?</div><div> </div><br /><div><em>¡La pelea es mía! Mi ágil movimiento de piernas lo desconcentra. Los golpes ganan una pelea, pero evitarlos también sirve. No me ve. Juego, bailo. Gano confianza. Y así, de repente, bajo la defensa...</em></div><br /><div><em></em>—No, no, yo no buceo machos... ¡Bueno! <span style="font-weight: bold;">Sólo si está bueno, como tú...</span></div><div> </div><br /><div><em>¡Ka-pow! Me cuentan que fue nocáut. Yo ni me enteré, porque estaba de paseo entre planetas, luego de que un camión sin frenos o algo de su tamaño chocó a 300 Km/h contra mi cara, que llegó al piso unos segundos primero que mi cuerpo, como a dos metros más allá del ring.</em></div>Anonymousnoreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-62082392043476391952007-10-18T23:04:00.000-04:002008-01-12T10:37:55.385-04:30Cuestión de puntos de vista...<div style="text-align: center;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jXnWqOFgI/AAAAAAAAAEY/Z-gQEYW2TFI/s1600-h/Foto-0105.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jXnWqOFgI/AAAAAAAAAEY/Z-gQEYW2TFI/s400/Foto-0105.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154606844623066626" border="0" /></a>¡Donde algunos ven peligros, otros vemos oportunidades!</div>Anonymousnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-75740640273189335452007-09-25T16:20:00.000-04:002008-01-11T08:47:43.147-04:30Pero relájate, disfrútalo... (Franela V)<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dsVWqOFQI/AAAAAAAAAAY/usx9LkSPIq4/s1600-h/ducha1.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer;" src="http://1.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dsVWqOFQI/AAAAAAAAAAY/usx9LkSPIq4/s320/ducha1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154207412664538370" border="0" /></a>El palo de agua del sábado pasado nos agarró a miMa y a mi cerca de casa, frente a un centro comercial, de modo que para no subir a ver llover desde la ventana, luego de tomarnos un café nos paramos en la entrada de las tiendas un rato. Desde allí podíamos ver a la gente corriendo para guarecerse.<br /><br />Y también podía verse a Franela, cuyo puesto queda casi frente al centro comercial.<br /><br />¿Hace cuánto que no lo veía? ¿Dos meses, tres? Mucho más si contaba desde cuándo no teníamos... contacto. O sea: desde cuándo no subía a la casa a tirar. Lo cual debe haber ocurrido unas diez, doce veces, calculo yo. ¿Y siempre igual, siempre lo mismo? No precisamente.<br /><br />Algunas veces estábamos miMa y yo, otras —creo que las más— yo solo; algunas veces subía apurado y serio, se dejaba mamar y chao, otras se mostraba echador de vaina y se acostaba como quien no quiere irse. Casi siempre, a partir de la segunda o tercera vez, quiso ir más allá: empezó a pedir culito. Y algunas veces lo obtuvo (ya habré de contar también esas ocasiones, claro)... Y finalmente, su participación física en el acto se limitaba a su verga erecta, y otras veces yo intentaba ir más allá. Y algunas pequeñas victorias tuve...<br /><br />* * *<br /><br />El primer atrevimiento fue, como casi todos, robado (no, no fue un beso, nunca lo he intentado). Ya Franela había agarrado la confianza suficiente para desnudarse y acostarse en la cama a recibir su mamada, de modo que cuando sintió la lengua en el pecho no puso mayor objeción. Al parecer ya no le molestaba como la primera vez, cuando se cubrió el pecho luego de unos tímidos intentos de miMa.<br /><br />Le mordisqueé un poco ambas tetillas por un rato, y luego me arrodillé al lado de su cadera para tener mejor acceso a su miembro. Comencé a acariciarle la punta con la lengua. "Uff, tú si lo mamas sabroso, vale," decía, y yo le apretaba el falo erecto y brillante, descubriendo su cabeza, y él elevaba la cintura para tratar de metérmelo en la boca, abriendo levemente las piernas apoyado en los talones. Fue cuando chupé sus testículos, aprovechando que él se pajeaba un poco... y bajé mi lengua hasta su perineo. Tres lamidas rápidas y empujé la punta de la lengua hacia abajo, donde se encontró con su ano escondido entre una oscura mata de pelos. Lo saboreé por un par de segundos y...<br /><br />—¿¡Epa, qué pasa, pana!?, abrió los ojos sorprendido y juntó rápidamente los muslos. "Esa vaina no me gusta..." Un tono sutil de molestia en su voz, que anulé haciéndome el paisa: <span style="font-style: italic;">bueno, como abriste las piernas... </span>"No, pero qué pasa, no..." Lo tranquilicé agarrando nuevamente su verga. <span style="font-style: italic;">Tranquilo...</span> Le subí el prepucio totalmente y luego introduje la punta de la lengua entre él y el glande: volvió a gemir de placer... <span style="font-style: italic;">tranquilo; ¡ya puedes abrir las piernas! </span>Se distendió de nuevo un poco, con una risa leve pero aún susurrando las reglas de nuevo con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados: "Dale al güevo, a mí me gusta es que me mames el güevo... las bolas no..."<br /><br />* * *<br /><br />Conque su culo estaba vedado. Bueno, yo lo suponía, pero tenía que intentarlo. Y de todas manera podía acariciar casi cualquier parte de su cuerpo flaco, moreno y fibroso, mientras estaba allí echado. Siempre boca arriba, por supuesto...<br /><br />O contra la pared, en caso de estar de pie. Así fue cuando en otra oportunidad que subió logré meterlo en la ducha conmigo.<br /><br />* * *<br /><br />Ni siquiera le pregunté si quería hacerlo. Cuando se empezó a desnudar y se dirigía a la cama —se pegó de mis nalgas, bombeándome agarrado de mi cintura al agacharme a sacarme los zapatos: estaba excitado por encima de lo normal— lo halé por el brazo y le dije <span style="font-style: italic;">Vente, vamos. </span>"¿Qué v...?" pero me siguió al baño. Abrí la ducha y entendió; entró detrás de mi sin quejarse. De inmediato se pegó de la pared: "No me mojes el pelo, que se van a mosquear los panas..."<br /><br />Así que fuera de su culo y su cabeza, todo lo demás estaba a mi disposición. Tomé el jabón y comencé a masajear su pecho, y luego la espalda en un amago de abrazo suelto que disimulé agarrando su verga y poniéndomela entre las piernas. Se movió simulando la penetración mientras yo recorría el resto de su cuerpo con las manos. Mantenía su cara girada a un lado, para descartar cualquier atisbo de intimidad que no fuera la de los dos cuerpos ansiosos de sexo.<br /><br />"Voltéate," me dijo, y yo le di la espalda tomando sus dos manos con las mías; puso un poco de resistencia hasta que se dio cuenta de que las dirigía hacia mi pecho. Entonces tomó con cada mano una tetilla y siguió apretando y acariciando —otro progreso, pensé—, su abdomen pegado a mi baja espalda y la verga abriéndose camino entre mis nalgas. Bajé una mano para guiarlo y sentir su movimiento y calor por debajo de mi, la cabeza dura y húmeda debatiéndose entre la raja de mi culo y mi palma.<br /><br />Probé entonces el terreno nuevamente. Me coloqué de frente a él, y tomando su mano para ponerla entre mis nalgas y distraerlo, alineé mi verga erecta a la suya y en un doble agarre de mi mano comencé a masturbarnos juntos. No se inmutó. Sus dedos hurgaban mi ano, intentando ir más y más adentro —metió un dedo, luego dos— y yo sentía su pene endurecerse junto al mío, que era la primera vez que él tocaba de alguna forma. Apuré el movimiento pensando hacerlo acabar contra mi pubis (y yo bañarlo de mi leche al mismo tiempo), pero él dejó colar otra idea:<br /><br />—Agáchate pa' mamarte el culo.<br /><br />¡Otra primera vez! Me incliné un poco dándole de nuevo la espalda. Antes de agacharse me apretó contra sí por la cintura y, ya puestos a intentarlo, seguí transgrediendo: lo obligué a bajar su mano por mi entrepierna. Hizo un gesto de fastidio y emitió un gruñido de advertencia (una especie de <span style="font-style: italic;">¿no te dije que no me gusta? </span>gutural) pero sucedió: apretó levemente mi miembro, como quien sopesa una fruta para decidir si la compra, y me pajeó como por cinco segundos. Luego me soltó como si nada y a lo suyo: se agachó tras de mí y hundió la lengua en mi esfínter, separándome las nalgas con las manos. El agua nos corría por encima y yo continué la paja que él había iniciado. Unos minutos después acabé con el rico masaje que me daba por detrás, y ya recuperado, me volví para corresponderle. Seguí de rodillas chupando su verga que ya estaba a reventar por la cantidad de nuevos estímulos que había recibido sin haberlo previsto. Un gemido y me aparté para ver correr el semen contra mi cara, pecho, abdomen.<br /><br />* * *<br /><br />Estoy seguro de que Franela no contaría, ni en la más etílica de las confesiones entre sus panas, los progresos que estaba haciendo conmigo en cuanto a su participación en el sexo con otro hombre; al parecer, empezaba a ver que ser sólo felado era perderse gran parte de la diversión. ¿Pero hasta dónde podía transgredir sin hacerle sentir que estaba poniendo en tela de juicio su hombría? Cuestión de unos pocos encuentros más...Anonymousnoreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-38097918038135738012007-09-07T16:30:00.000-04:002008-01-11T08:52:00.794-04:30DD lo hizo...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4ds92qOFRI/AAAAAAAAAAg/I7OAcPmzyPg/s1600-h/mary-jane.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4ds92qOFRI/AAAAAAAAAAg/I7OAcPmzyPg/s320/mary-jane.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154208108449240338" border="0" /></a>Uno de los mitos que sostenía mi concepto del Mundo ha caído. Una de las columnas del templo de mis creencias se ha derrumbado.<br /><br />Mi amigo DD, el activo 200%, el verdugo de mil culos vírgenes, el falo más abusado de Caracas y algunas de sus ciudades satélite, finalmente se dejó. Tal como me lo había hecho temer de <a href="http://detextodecirte.blogspot.com/2007/06/mi-amigo-dd-se-convierte.html">aquella conversación</a>: se volteó. ¡Se lo cogieron! Y como casi todo lo que me cuenta, lo supe por un telegráfico mensaje de texto a mi celular:<br /><blockquote style="font-family: courier new;">Papi, te acuerdas de JJ, el chamo que me estaba cayendo en la fiesta? Fue el que se comio el virgo, el otro dia en su carro, por la casa...<br /></blockquote> <blockquote></blockquote>¡¿Quéee?! ¡DD finalmente probó de su propia medicina! No lo podía creer... Le pedí explicaciones, pero a punta de pulgares no se podía contar mucho. Al menos no tanto como lo que yo necesitaba saber.<br /><blockquote style="font-family: courier new;">Que ladilla decirte por msg... Llamame para contarte.</blockquote>Claro que lo llamaría... Llegué del trabajo y solté todo sobre la cama para marcar su teléfono, que contestó con una carcajada:<br /><br />—¡Ay, chismosa, mija! No podías esperar a verme para saber.<br /><br />No, no podía. Así que le saqué toda la información: cómo fue, quién lo propuso, si le gustó, si le dolió. ¡Sentía que estaba en presencia de un importante hito en la Historia! En la historia de DD, ciertamente lo era...<br /><br />La única vez (que yo supiera) que había intentado siquiera ser penetrado fue, oh sorpresa, en un sauna. El tipo había estado rondándolo desde hacía tiempo y, si por mí fuera, no lo habría pensado demasiado: catire, alto y con un cuerpo espectacular, y con un pedazo de miembro que... ¡Sí, claro que se lo ví! Y hasta lo probé: estamos hablando de un sauna, el carajo solía ir y yo... tampoco lo evitaba (aunque no soy asiduo). Bueno, pues el carajo estaba ¡enamorado! de DD —como otras varias docenas de personas— y le insistió e insistió hasta que en un recoveco oscuro y en la última media hora de servicio, lo animó a probar... ¡Coño, cómo gritó! Bueno, eso me contó luego... Apenas lo intentaron empalar (y de un solo y certero empujón, es que tampoco hay consideración por un culo virgen en este mundo...) y el pobre DD se elevó de puntillas como bailarina de ballet y botó tierrita. ¡No, la pinga, eso duele mucho! se quejó, optando por renunciar al intento...<br /><br />—Pero no si se hace con cuidado, con amor— le explicaba yo, proponiéndole una tarea de visualización: acuérdate, le decía, de las caras de placer y los gritos de éxtasis de todos los que han caído bajo tu morena pinga. Además, ¿recuerdas lo que tu amigo, la loca esa de por tu casa, te decía acerca de la satisfacción obtenida a través del sexo anal en el papel de pasivo? Y él me recitaba la escueta gema de sabiduría gay que siempre escuchó pero que sólo hasta ahora comenzaría a entender:<br /><br />—Sí, papi: que por el culo también se goza.<br /><br />Y bueno, todo con moderación. Que no quiero que mi amigo DD se convierta totalmente en una marica pasiva, con todo el respeto y consideración que las maricas pasivas merecen. Y a los datos, que fui chequeando:<br /><br />¿Condón? <span style="font-style: italic;">Claro, papi. </span>¿Cómo te lo hizo? <span style="font-style: italic;">Boca abajo, se acostó sobre mi: ¡Ese gigantón! </span>¿Te preparó? <span style="font-style: italic;">Sí: hubo dedo, lengua, paciencia... ¡igual que hago yo! </span>(No todo está perdido, aún lo dice en presente) ¿Pero él te "atendió" también? <span style="font-style: italic;">No, no me lo cogí, sólo hice de pasivo. Pero le chupé ese culo y me mamó el güevo rico... </span>¿Y tú a él? <span style="font-style: italic;">Un poco. Es pelúo, no me gusta... </span>(¡Otra primicia! DD nunca le vió ninguna gracia a felar) ¿Te dolió? <span style="font-style: italic;">Veerga, sí, al principio sobre todo. ¡Sudé frío! El palo se me bajó y todo...</span> (no me está cayendo a cuentos, esas reacciones no se simulan y quien ha sido cogido lo sabe). <span style="font-style: italic;">Pero lo hizo con cuidado, poco a poco. </span>Ajá, ¿Y qué más? <span style="font-style: italic;">Bueno, salí de eso; él disfrutó mucho, parece... </span>(Y cómo no: DD tiene un culo redondito, divino) <span style="font-style: italic;">¡Yo también me disfruté mi vaina! Al día siguiente todavía me dolía un poco: me vi con un espejo, y tenía como punticos de sangre donde el ano se estiró... </span>(tan lindo, tan gráfico mi amigo). Bueno —lo tranquilizé— eso se cura, lo importante es que no te haya dolido más allá, por un desgarro o algo...) <span style="font-style: italic;">No, si tampoco lo tiene tan grande... </span>(Ja, ja, menos mal que no se estrenó con un negrazo superdotado) <span style="font-style: italic;">¡Chamo! Y acabé con su palo adentro... </span>(¡Qué! Pero este niño se adapta rápido a las nuevas realidades) <span style="font-style: italic;">Me pajeé mientras él acababa. Como tú me dijiste que así era rico... </span>(Me descubrió. Claro, que yo le hablaba de cuando el falo te estimula la próstata y acabas sin tocarte el pene: una sensación increíble. Pero poco a poco irá absorbiendo conocimientos...)<br /><br />Todavía no salgo de mi shock. Aunque la conversación que tuvimos <a href="http://detextodecirte.blogspot.com/2007/06/mi-amigo-dd-se-convierte.html">aquella ve</a><a href="http://detextodecirte.blogspot.com/2007/06/mi-amigo-dd-se-convierte.html">z</a> —y todas las anteriores, además de mi propia experiencia— me decían que pasaría tarde o temprano, está demasiado fresca en mí la imagen del chamito que conocí, un poco fiero y arisco, con una autosuficiencia masculinísima, que sabía de intimidad con otros hombres sólo para ponerlos de rodillas a mamar y que se arrechaba si tu mano pasaba un poco más abajo de su espalda por unos segundos de más. Como persona, sin embargo, lo tengo allí frente a mí, completo, tan o más amigo que antes, con la mente más abierta en cuanto a su cuerpo y sus posibilidades... Por no obviar el hecho de que ahora no sólo tengo que cuidar la provisión estratégica de condones que conservo cerca de la cama, sino mi tubo de Lubrix... ¡Y si me descuido, el modesto dildo que compré como curiosidad aquella vez en la Sexshop de Altamira!<br />______<br /><span style="font-size:85%;">Recién al terminar esto me doy cuenta de lo gracioso que se leería el título de este post en inglés: <span style="font-style: italic;">¡Dididídit!</span></span>Anonymousnoreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-71100268711466742002007-09-05T10:06:00.000-04:002008-01-11T08:53:24.008-04:30Muéstramelo: no te vas a volver gay...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dtsmqOFSI/AAAAAAAAAAo/Wf43qbIuTD4/s1600-h/peeking_over_shoulder.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dtsmqOFSI/AAAAAAAAAAo/Wf43qbIuTD4/s320/peeking_over_shoulder.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154208911608124706" border="0" /></a>Como siempre, un interesante debate en un <a href="http://notevesbien.blogspot.com/">blog</a> que sigo, el de Aloner&Daniel, me ha soltado los dedos, tanto para comentarles allá como para venir a acordarme de este cuento y soltarlo aquí.<br /><br />¿Cómo lidiar con el interés sexual de un amigo? Aunque allá los panas en su discusión tocan y también eluden algunos aspectos sobre el tema, primero hay que estar seguro de que ese interés en efecto <span style="font-style: italic;">está allí. </span>Y el cuento del que me acordé es precisamente un ejemplo de cuando no lo está, y en su lugar hay sólo confusión, un poco de temor y —por qué no reconocer su influencia— unas cuantas cervezas.<br /><br />Hace algunos años me quedé en casa de un amigo de estudios, hétero él y plenamente conciente de mi homosexualidad (que no le afectaba ni interesaba), y tras un rato de conversación y cervezas, nos fuimos a acostar. Mi amigo, como imagino que era su rutina cuando estaba solo y ya que tocamos tangencialmente el tema, puso una película porno. Hétero también, claro, como todas las que tenía e incluso alquilaba.<br /><br />Nos bebíamos las últimas dos birras ante la tele, y allí estaba esa profusión de penes, bocas y vaginas haciendo lo suyo así que yo, como casi cualquier ser de sangre caliente, me excité y comencé a tocarme por encima de la ropa, discreto. Mi amigo, muy verbal y analítico, soltó: "Estás viendo una porno <span style="font-style: italic;">straight, </span>te estás tocando y obviamente se te paró la paloma. ¿No será que en el fondo eres un heterosexual reprimido?"<br /><br />Tras las borrachas carcajadas, le aclaré que aunque había de todo en las imágenes, eran las gigantescas vergas trabajando lo que me entretenía. Además le expliqué que, de acuerdo a mi forma de ver las cosas, detrás de todo gay hay, si bien tan solo biológicamente, un hétero. ¿Reprimido? No lo sé; tal vez sólo "no desarrollado", o latente, o atrofiado. Qué se yo. Había cervezas y había sexo en la pantalla. Mi cuerpo respondió.<br /><br />Y el suyo también. Para eso están esas películas, digo yo. Pero lo que sucedió es que, tras terminar el video (¿terminaría en realidad? No es que la trama de estas cosas importe en realidad... el caso es que dejamos de verla), él se levantó, tiró su lata vacía y la colilla del cigarro a la basura y se encerró en el baño.<br /><br />Estamos hablando de un carajo desinhibido totalmente (de los que no ve ningún problema en "pelar las nalgas" ante una cámara, por ejemplo), y de un apartamento de madrugada ocupado por nosotros dos, sin tías, mamás o hermanitas presentes. Su espalda mientras orinaba no iba a ser una escandalosa revelación entre panas, así que obviamente había otra actividad llevándose a cabo...<br /><br />Salté de la cama y toqué la puerta con mi cerveza. "Chamo, ¿qué estás haciendo?" pregunté con lo que ahora se me antoja era un tono etílico y socarrón, y sabiendo la respuesta. Que no tardó: "¡Me estoy haciendo la paja, qué más!" ¿Molesto? No lo percibí. Me quedé viendo la puerta. ¿Por qué no lo hizo en la cama, viendo la película? Así lo habría hecho yo... Si él hubiese comenzado, claro: es su casa. Mi erección me decía aún que perfectamente podía haber participado de un ¿dúo? de pajas, acostados frente a la tele, como continuación natural de la conversa y la estimulación visual; luego acabar, limpiar, y a otra cosa. Como panas. Él no lo vio así, obviamente.<br /><br />"¡Abre, marico, déjame entrar!" insistí, estúpidamente. Vamos a hacerlo los dos, pensaba. <span style="font-style: italic;">Como panas.</span> ¿Con deseo por él? No. Juro que no. Y aunque parezca obvio que de masturbarnos juntos yo lo vería como un hombre desnudo y excitado, y tal vez mi inclinación sería un poco incómoda para él en el momento, no perseguía nada más allá que reconocernos en la común franqueza de la excitación como algo físico. Aunque sea difícil verle la gracia a hacerse la paja junto a otro carajo sin que haya nada sexual con él, en ese momento de leve sopor alcohólico sólo lo veía como uno de esos extraños, intransferibles e inexplicables lazos de que se componen las amistades a toda prueba. Una estupidez tal vez un poco vergonzosa como la que hace reírse con picardía a un par de viejos cuando muchos años después rememoran sus andanzas juveniles.<br /><br />Lo que él vio fue al marico que se tomó unas cervezas y se puso "atacón". ¿Para qué iba yo a querer verle el miembro erecto a este?, pensaría. ¿Para qué iba a querer verme pajeándome sino para excitarse o intentar algo más? Pero yo no intentaría algo más... al menos creo que no, pues nunca tuve chance de averiguarlo. "Pana, qué ladilla..." soltó en el mismo impulso con que abrió de golpe la puerta y siguió hacia la habitación. Yo quedé frente a un iluminado baño, limpio de rastros reveladores, donde eché la última meada de la noche, me lavé la cara y no recuerdo si resolví la ya entonces olvidada excitación sexual. Un vago intento de conversación normal después, la oscuridad y el alcohol en la cabeza terminaron la confusa noche, que parecía no haber sucedido a la mañana siguiente.<br /><br />Hasta el sol de hoy veo que nuestra amistad, si bien últimamente lejana por cosas típicas de terminar de estudiar, mudanzas, etcétera, no se alteró por el asunto. Un leve <span style="font-style: italic;">shock </span>de incompatibilidad en la manera de ver algunas cosas, que no pesó sobre la forma de ver otras, las que nos unían. ¿Tal vez ese será, a la larga, el extraño detalle de que me acordaré en algunos años? Quién sabe. Tal vez incluso un lazo mal entendido puede funcionar como un lazo al final...Anonymousnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-84632356062257702842007-08-12T23:10:00.000-04:002008-01-12T10:39:26.230-04:30Bueno, pero no me insultes...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jYBmqOFhI/AAAAAAAAAEg/SkqVAUWtViI/s1600-h/Foto-0002.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="http://3.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jYBmqOFhI/AAAAAAAAAEg/SkqVAUWtViI/s400/Foto-0002.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154607295594632722" /></a><br />— ¿Pero bueno, cuál es el sometimiento? ¿O crees que obligado lo voy a hacer mejor? Cálmate, vale, si te excita el rollo dominante busca terapia... Además, si lo hago es por gusto...<br /><br /><span style="font-size:85%;">(Una pinta en un kiosko por la casa. A lo mejor es algo personal con el kioskero, le voy a preguntar...)</span>Anonymousnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-87533784813601027562007-08-06T15:05:00.000-04:002008-01-11T08:56:49.080-04:30Donde se come no se... efectúan deposiciones<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dujGqOFTI/AAAAAAAAAAw/TJnSmCQ8Wf8/s1600-h/Knockingsmall.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer;" src="http://4.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dujGqOFTI/AAAAAAAAAAw/TJnSmCQ8Wf8/s320/Knockingsmall.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154209847910995250" border="0" /></a>Este dicho me vino a la cabeza* —un poco tarde, la verdad— cuando, en uno de mis lances callejeros de levante, me encontré repentina e involuntariamente expuesto, identificado y casi levantado.<br /><br />Pero vayamos por partes, como dijo Jack el Destripador.<br /><br />Levantar, lo que se dice levantar, es un ejercicio continuo, y no siempre consciente. Aunque no se esté en disposición de llevarlo hasta el natural desenlace, siempre se intenta. Uno siempre quiere comprobar que tiene la capacidad ahí latente, que no ha perdido el toque.<br /><br />Así que no podía evitar, cuando pasé la otra tarde frente al gimnasio que queda cerca de mi casa, echar un evaluador ojo a quienes salían. Entre los previsibles <a href="http://detextodecirte.blogspot.com/2006/06/gua-elotro-de-buceo-i.html">camiones de carne</a> —que no me interesan salvo como curiosidad biológica— se abría paso un muchacho blanco, alto, con sus musculos bien formaditos y expuestos, que de repente se dio cuenta de que lo buceaba, y me sostuvo la mirada mientras llegaba a la acera y nos cruzábamos brevemente.<br /><br />Me detuve al lado de un kiosko para voltear a detallarlo y darle a entender que me interesaba. Nuevamente le clavé la mirada. Él repartía la suya entre el tráfico de la avenida (se disponía a cruzar) y yo. Se colocó de frente a mí, esponjó lo mejor que pudo su pecho adolescente en franela blanca —bello, en verdad— mientras yo hacía lo propio cuadrándome para llamar su atención, en mi cara una expresión casual: <span style="font-style: italic;">Sí, estoy aquí para ti. Devuélvete y no te arrepentirás...</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">(Pero esto era sólo medianamente cierto. Se me hacía tarde para llegar a terminar un trabajo en casa y, si me hubiese respondido, me mete en un aprieto. Además, como ya dije, no siempre tiene uno las verdaderas ganas de llegar hasta el final).</span><br /><br />El caso es que tal vez miré mucho y no dí señales; o tal vez sí las dí y eran: <span style="font-style: italic;">no vamos a llegar a nada.</span> De repente se decidió, cruzó la avenida y caminó hacia el Metro, sin voltear ni una vez. Yo me quedé allí, siguiéndolo con la vista, en un arco hacia la esquina, hasta que su silueta se perdió detrás de... <span style="font-weight: bold;">un vecino de mi edificio que me miraba directamente a los ojos.</span><br /><br /><span style="font-style: italic;">¡Dios, cómo me pasó esto!,</span> pensaba yo, mientras me daba la vuelta, torpe y confuso, imaginándome que él había visto todo: el acercamiento, el flechazo visual, la espera... Todo. Seguí caminando hasta la casa, ignorando al vecino, y esperando que por una extrañísima casualidad no se hubiese enterado de nada.<br /><br />* * *<br />¿Quién me manda a andar haciendo esas cosas cerca de casa? Donde uno vive están las vecinas amables, los vecinos que tal vez han depositado su confianza en ti, los que te conocen quizá desde pequeño. ¿Pueden imaginarse si por casualidad te pasa esto mismo pero con una tía que iba a visitarte, o algo así? Definitivamente, hay que tener cuidado apartando un poco los ambientes en los que uno se desenvuelve...<br /><br />Lo mismo pasa en el ambiente de trabajo. ¿Habrá una actitud más descocada que la de ponerse a fijarse y, peor aún, buscar <span style="font-style: italic;">acción </span>en el sitio donde uno se gana el pan? ¿Y si todo va mal? ¿Y si encuentras acción y después se enrarece la cosa con el contacto? ¿Se imaginan tener que seguir viéndolo en la oficina, día tras día? ¿O que ese contacto se vuelva loco o celoso o vengativo y te ponga en evidencia? Puedo imaginar pocas pesadillas como esa, francamente...<br />* * *<br /><br />El cuento no terminó aquí: como dije, me vi esa vez expuesto, identificado... y faltaba "casi levantado". Sucede que una media hora después de llegar a casa, cuando había olvidado todo y juraba no volverlo a hacer, sonó el timbre... ¡y era el tal vecino! Que nunca en su vida había tocado mi puerta (ni siquiera sabía que supiese dónde era), y que sólo saludaba de vez en cuando en el ascensor... ¡Llegó hasta mi casa! ¡En efecto había visto todo, y creía que había ahí algo que aprovechar!<br /><br />—Hola, vecino...— me miró intentando hacerse el serio, el casual —Quería preguntarle si no tenía un CD de esos para limpiar el equipo de DVD, que quiero ver una película y parece que el cabezal está sucio...<br /><span style="font-style: italic;">¿Pero qué es esto? ¿Y por qué esta loca del coño viene hasta acá con esa pregunta burda y más falsa que billete de trece? ¿Es que este carajo cree que los argumentos de las películas porno se dan en la realidad? ¿Acaso cree que le voy a preguntar qué película quería ver, se saca del bolsillo un DVD de Falcon Video y nos echamos en el suelo aquí mismo a tirar?</span><br />—No, pana, no tengo ni DVD...— le respondí, más absurdamente todavía, a ver si espabilaba y se daba cuenta de que su estrategia era la de una zorra imbécil— ...y tengo la cocina prendida, chao.<br /><br />Le cerré la puerta en las narices, maldiciendo el momento en que se me ocurrió ser tan descuidado en plena entrada de mi edificio, recriminándome la falta de cabeza para pensar cuando se me aparece un simpático chico y me mira a los ojos... Incapaz de alejarme de la cocina antes de agacharme a deshacerme de los desechos.<br />______<br /><span style="font-size:85%;">* Me vino, claro, con todas sus letras: <span style="font-style: italic;">donde se come no se caga.</span> Es que se veía feo de título...</span>Anonymousnoreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-89298375187984308282007-07-31T14:14:00.000-04:002008-01-12T10:42:22.657-04:30Ocho son<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jYbWqOFiI/AAAAAAAAAEo/u7RMTdq4Xjc/s1600-h/beauchamp-number8_web.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4jYbWqOFiI/AAAAAAAAAEo/u7RMTdq4Xjc/s320/beauchamp-number8_web.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154607737976264226" border="0" /></a><a href="http://intercrotal.blogspot.com/">De Valencia</a> me llega la tarea...<br /><br />Ya en algunos de los blogs que frecuento había notado estas listas de ocho intimidades confesadas por sus escritores... Me dije: el espacio bloguero es pequeño, tarde o temprano me tocará. Y me tocó. Así que ahí va mi parte. El juego del ocho, imagino que se llama:<br /><br /><span style="font-size:85%;">1. Cada jugador cuenta 8 cosas de sí mismo (y como este blog es como es, serán cosas bien... crasas. Aguanten).<br />2. Además de las 8 cosas, tiene que escribir en su blog las reglas </span><span style="font-size:85%;">(helas aquí).<br />3. Por último tiene que seleccionar a otras 8 blogueros y escribir sus nombres o blogs </span><span style="font-size:85%;">(a ver si consigo ocho que no hayan escrito ya esto mismo). Y<br />4. No hay que olvidar dejarles un comentario informándoles que han sido seleccionadas para tal juego </span><span style="font-size:85%;">(lo haré).</span><br /><br />De seguidas, mis ocho:<br /><br />1. Como no soy circuncidado, cuando pequeño en el kinder una vez nos reunimos en el baño "a vernos los pipís" y el primero que ví "pelado" me confundió... ¿Por qué el de él tiene ese cabeza azul y el mío es un choricito de pura piel? Tarde o temprano pude descubrir el glande, aunque también cuando ví por primera vez uno por debajo (el frenillo) no entendí nada...<br /><br />2. Lo tengo torcido. Un poco hacia la izquierda. Antes me desesperaba esto: creía que era un <span style="font-style: italic;">freak. </span>Pero internet me ha mostrado que es común, incluso deseado por muchos...<br /><br />3. A veces también me preocupa que tengo un poco de fimosis —esto es, que me cuesta retraer el prepucio cuando estoy erecto. Como no me imagino a estas alturas circuncidándome para resolverlo, he intentado: masturbarme mucho (¡por esa causa o por cualquiera!), cremas, estirones, y dejarlo así. Total, con condón no me afecta tanto.<br /><br />4. Cuando a veces al acostarme me da por hacerme una paja, si pienso en alguien que me guste en ese momento, no me imagino que estamos teniendo sexo, sino que está solo, acostado también, masturbándose... ¡Me da mucho morbo!<br /><br />5. Bajarme fotos porno consume gran parte de mi tiempo conectado. Pero... casi nunca vuelvo a ver las fotos que bajé (ya llenan varios CD): siempre habrá nuevas.<br /><br />6. Mientras escribo esto, tengo abierta otra ventana con el Flickr <span style="font-style: italic;">(Firefox rules!), </span>viendo fotos de la marcha gay de Atlanta. En un rato serán fotos porno, puedo asegurarlo... Incluso si estoy haciendo algún trabajo en casa, en el fondo siempre se están cargando algunas páginas porno...<br /><br />7. Soy un confeso, irredimible <span style="font-style: italic;">crotch-watcher. </span>Un buzo de braguetas. Me gusta evaluar el bulto, las posibles dimensiones; celebro el atisbo de una silueta distinguible. El orden en que miro a alguien en la calle casi siempre es el mismo: <span style="font-style: italic;">ojos-boca-bragueta-ojos. </span>A menos que vaya en dirección contraria, en cuyo caso es <span style="font-style: italic;">culo-culo-culo-culo.</span><br /><br />8. Cuando conozco a alguien para un poco de sexo casual, casi nunca paso de una o dos encuentros. En ocasiones, si a la persona le he gustado y tiene mi teléfono, nos seguimos escribiendo, pero cuando intenta que lo hagamos de nuevo, me da como ladillita... Claro que también me pasa que yo quiero más y ya no me paran, pero es menos frecuente, je je je...<br /><br />* * *<br /><br />Listo. ¡Uff! Trataré en lo sucesivo de ignorar estas tareas. Me agota ponerme a pensar listas... Ah, con respecto a la tercera regla de la tarea, le voy a hacer una reforma constitucional: si ha pasado más de mes y medio desde que me encomendaron esto, probablemente todos mis contactos ya lo hicieron, así que la lista se reduce: <a href="http://encuentro-g.blogspot.com/">Guille</a>, <a href="http://poehunter.blogspot.com/">Poehunter</a>, <a href="http://ricardoparra81.blogspot.com/">RicardoP.</a> Y ya está.Anonymousnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-37354854760199510152007-07-17T08:06:00.000-04:002008-01-11T08:59:26.258-04:30Algo sobre pagar por sexo...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://1.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dvCWqOFUI/AAAAAAAAAA4/2fJ0h5EEUoY/s1600-h/forpay.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer;" src="http://1.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dvCWqOFUI/AAAAAAAAAA4/2fJ0h5EEUoY/s320/forpay.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154210384781907266" border="0" /></a>Un detalle reluce en la historia que he venido contando de Franela, un aspecto con el que no estoy del todo en paz y que tal vez sea también incómodo de manejar para más de uno de los que me lean por acá. Ese detalle es el de pagarle a un tipo para tener sexo con él.<br /><br /><span style="font-style: italic;">¿Prostitución? El negocio más viejo de la humanidad, </span>dirán. Pero no es eso. Creo. Nunca me he acercado a lo que sería formalmente ese servicio. Leo los clasificados de putos por pura curiosidad y morbo; nunca llamaría. Tampoco rondo los conocidos lugares donde vagan quienes venden su cuerpo cada noche. Esto es diferente.<br /><br />Los "circuitos de levante" caraqueños se caracterizaban por estar habitados de toda clase de chicos, hombres y no tanto, pendientes de sólo una cosa: un rápido encuentro sexual furtivo y anónimo, tal vez la posibilidad de citarse en otro sitio, pagar un hotel entre dos (o más), ir a casa o incluso esconderse entre arbustos y lograr el anhelado orgasmo clandestino. Hasta ahí, todo normal —si se puede llamar así.<br /><br />Mas de buenas a primeras estos sitios, cuando no menguaron o desaparecieron bajo el fastidioso acoso policial o de rateritos (no sé cuáles son peores), se comenzó a alimentar de esos chicos que, además de procurarse los tales momentos de <span style="font-style: italic;">intimidad anónima</span> (¿?), buscaban una retribución económica, si bien informal.<br /><br />La primera vez que subí con alguien a la oficina y me dijo "¿Y con cuánto me vas a ayudar?", me quedé pasmado. ¿Pagarle? ¿Por sexo? ¡Pero si subió por su voluntad! ¡Me lo levanté! ¡Yo ya tenía mi mano dentro de sus pantalones! De inmediato lo corté: "Pana, todavía no creo que necesite pagar para tirar..." le dije, entre retador y ofendido, mientras abría la puerta de nuevo. Dejando una rendija abierta, claro: "Cuando quieras echar uno por disfrutar, acá te espero..."<br /><br />No me lo esperaba. Cierto que en algunos casos uno se fija que la persona puede no estar en la misma situación económica que uno; a veces en el juego de la seducción uno invita a una bebida, o a comer. Pero el frío intercambio de moneda por piel se me antojó, de repente, oscuro y decadente.<br /><br />No fue un caso excepcional, fui descubriendo. Ahora era una tendencia, al menos en los sitios de "circuiteo" que frecuentaba. Más y más muchachos de los que se veían en las tardes con el típico comportamiento de pasar y volver a pasar, sostener la mirada pícaramente, adoptar poses sugerentes o de plano tocarse y enseñar sus "partes", se dejaban seducir para, en el momento justo, pedir una "colaboración" los más tímidos, o "cobrar", los más lanzados. Los lugares se putearon.<br /><br />A miMa le sucedió, incluso, de una forma más sutil y sin embargo tanto más profesional: un chico al que conoció y con el que alternó alguna que otra tarde, se quedó mirando una vitrina de ropa cuando lo acompañaban para despedirlo en el Metro, y dejó caer, casualmente: "Esa camisa está bonita... me la puedes regalar en mi cumpleaños". Era un paso más allá de su tendencia (nada casual, le insistía yo) a aparecerse disponible justo cerca de la hora del almuerzo, al que gustoso aceptaba ser invitado...<br /><br />Hay sus variaciones. Algunas veces Franela —no el único que me ha pedido dinero pero sí el único "repitiente"— llegaba chillando: "necesito real, mi pana"; o "mira, y cuánto tienes ahí..."; por vacaciones o puente, de súbito requería más. En otras ocasiones, ni siquiera tocaba el tema, y si le dábamos algo se lo guardaba como algo no esperado. Una vez nos quedamos a ver en la plaza cercana, y mientras lo esperaba me compré una película pirata. "Lo que tengo es esto," le enseñé el escaso vuelto de la compra del DVD. "Bueno, déjalo así..." y subimos, yo sabiendo entonces que lo que lo guiaba era una feroz excitación; ganas de tirar, acabar, y no las ganas de cobrar...<br /><br />Pero el fenómeno está allí. O tal vez los sitios de "alterne" comunes, los de simples buscadores del sexo por el sexo, se han mudado sin dejarme aviso. O tal vez todo ahora es negocio, considerando las siempre peores condiciones económicas y laborales reinantes.<br /><br />Además, está el otro factor, que yo considero importante, y tal vez decisivo en cuando a mi excitación se refiere: quienes piden "colaboración" son sobre todo <span style="font-style: italic;">hombres,</span> algunos con mujer e hijos, que sólo ven en el intercambio sexual rápido y serio un "resuelve" para el bolsillo. Los míticos "cogemaricos", con toda la carga homofóbica que esa horrible palabra pueda tener. Tema futuro...Anonymousnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-28800452.post-30442006995453755362007-07-16T10:50:00.000-04:002008-01-11T09:01:03.245-04:30Un acceso de penita<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dvgmqOFVI/AAAAAAAAABA/zSOgpTH6uJ0/s1600-h/sorry.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer;" src="http://2.bp.blogspot.com/_hZSRuK3k-eI/R4dvgmqOFVI/AAAAAAAAABA/zSOgpTH6uJ0/s320/sorry.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5154210904472950098" border="0" /></a>He estado comentando recientemente en varios blogs, y algunos de quienes los escriben me han venido a leer. En sus respuestas a mis saludos he percibido un cierto elemento de precaución o cortés distancia, que me ha puesto a pensar acerca del carácter "explícito" de mis contenidos. Me he preguntado si tal vez no estoy siendo muy gráfico. Un repentino pudor verbal me atacó.<br /><br />¿Soy muy procaz? ¿Tal hay vez demasiado detalle escabroso en mis relatos? Abrí este blog para poder comentar algunos hechos de mi existencia que no son del dominio público. Igual son mis inquietudes, experiencias, dudas. Como las de cualquiera. Cualquiera gay, digo. Y creo que lo explícito no es gratuito o pornográfico: forma parte de la médula de cuanto quiero decir.<br /><br />Tal vez me he puesto monotemático con los últimos cuentos; otros posts se han quedado en el tintero por la avalancha de continuaciones que lo de Franela ha tenido. Hay que variar... pero el centro de este sitio será siempre el mismo: mis experiencias y dudas como hombre gay. Hay relatos que tengo que sacarme de la cabeza, y sólo encuentran asiento acá. Hay preguntas que me hago que quienes comparten conmigo en este espacio quizá también se hacen y pueden ayudarme a responder. Hay una cantidad de gente increíble que he contactado a través de este blog, que si se ha mantenido cerca es porque algo me ha estado saliendo bien. Creo.<br /><br />Sus respuestas me orientan, espero poder seguir siendo leído y criticado. Gracias.Anonymousnoreply@blogger.com4