domingo, 25 de junio de 2006

Un préstamo de Mauricio Cornelio...

He tomado prestado al genial M. C. Escher uno de sus diseños, el nudo que alguna vez pensé en tatuarme, como avatar para mi perfil. Cualquier relación directa con los intríngulis de mi psiquis, es pura coincidencia...

viernes, 23 de junio de 2006

Digresión, desviación

La saga de aventuras de camionetica protagonizada por PataCaliente me hizo recordar un episodio de mi bachillerato. Lo titulé así porque fue con una mujer, aunque ahora que lo pienso no me distanciaba mucho de mis experiencias sexuales: apenas las tenía. Algún escarceo, muchas miradas y demasiado desconocimiento. Con hombres, eso sí. Pero esto fue una mezcla de curiosidad, atrevimiento y dejar hacer...
Tomé con una compañera de clases una camioneta en la Francisco de Miranda para ir a una biblioteca por el centro. Tuvimos que sentamos separados, ella en un puesto hacia la mitad del pasillo y yo "ensanduchado" entre cuatro en el asiento trasero, "la cocina". A mi derecha iba una mujer, imagino ahora que de unos veintipico a treinta, que al poco rato comenzó a emitir unos sonidos extraños...
Yo, tímido desde siempre, iba con mis manos en el regazo, donde llevaba una chaqueta y cuadernos. Ni volteaba, pero con el rabillo del ojo percibía que aquello era conmigo. Los ruidos se transformaron en el conocido "sartén chirriante", y ahora sus dedos me rozaban el brazo... ¡Terror! Comencé a sudar frío, miraba a los demás a ver si se daban cuenta, a mi amiga que de vez en cuando me miraba con el fastidio del que quiere llegar.
La tipa siguió acariciándome con sus brazos cruzados, y yo sentía su mirada clavada en mí. La veía alternar entre mi cara y mi entrepierna. En un arranque de atrevimiento, incliné hacia adelante el cuerpo y separé mi brazo del costado; ese era por lo visto el movimiento que ella esperaba, porque de inmediato lanzó su mano y me agarró el pene por sobre el pantalón.
Apenas me dio tiempo de cubrirme con la chaqueta. Ella comenzó a tantearme, apretando y acariciando, ante lo cual mi erección no se hizo esperar.
"Bueno, ya lo agarró, ahora me deja tranquilo", pensaba yo cuando sentí que luchaba ahora con el cierre. ¡Coño, pero si me lo quiere sacar! Mi paloma al aire libre en pleno transporte público! Mi incredulidad bloqueó a la prudencia, y de todas maneras ya estaba en eso. Estiré las piernas para facilitarle la labor.
Todavía recuerdo el pantalón que tenía puesto, un jean kaki de esos con bolsillos y cierres por todos lados. Y lo recuerdo porque el color oscureció ahí donde empezaron a caer las salvas de mi eyaculación, segundos después (ey, dije que tenía poca experiencia ¿no?) de que mi vecina me estimulara violentamente una vez expuesto mi miembro al mundo. Recuerdo también la franela, una chemise Polo amarilla, que tuve que ponerme por fuera para ocultar el emplaste mientras la discreta pajeadora se quitaba el semen de la mano con el asiento.
Como en una mala película, a los pocos momentos llegaba yo a mi destino. La tipa me hablaba en susurros ("¿te gustó, ah?" "Qué rico...", etc.) y hasta me arrancó la promesa de vernos ese fin de semana en el Parque del Este, para, decía, "pasarla rico". Aún debe estar esperándome...
Mi amiga quizá pensó que el calor me había afectado, tanto que salí de la camioneta sudando y con la camisa por fuera...

lunes, 19 de junio de 2006

Guía ElOtro® de Buceo (I)

Primero que nada, mis disculpas por la dilatada ausencia. Estaba internado en una clínica de rehabilitación (la popular pero elitesca Clínica "Vilma Chevrolet") por mi adicción a leer blogs. Así es: no he posteado nada porque no me alcanza el tiempo que uso frente a la computadora, ahora prácticamente dedicado a tratar de salirle al paso a la gigantesca hemorragia diaria de posts que el Bloglines me recopila de unas tres docenas de mis bitácoras favoritas, entre personales, de chismes tecnológicos, noticias, diseño gráfico y otras fruslerías...
De modo que este post puede considerarse un paso más en mi recuperación... Sé que puedo hacerlo: normalizar la periodicidad de mis relatos... leer menos o con mayor velocidad otras fuentes... hacer de este espacio otra hemorragia de posts, para ocasionar la adicción de otros desprevenidos lectores, y así vengarme de... No, no, borren esa última. Bad, bad, bad. De vuelta a la celda...
* * *
Cuando a miMa y a mí nos da por practicar el noble deporte del buceo urbano (es decir, cada vez que estamos viendo machos en la calle), nos basta algún rápido gesto, una muda interjección, o el clásico carraspeo disimulado, junto a un rápido movimiento de cejas, manos o boca para identificar y disfrutar un especímen digno de ser buceado.
Pero dado que el disfrute visual no está completo si no se comenta con detalle lo observado, y en vista de que cuando no andamos juntos suceden muchos avistamientos igual de gloriosos que deben ser compartidos, nos ha dado por adoptar, como imagino que lo ha hecho cualquier cantidad de parejas, una serie de términos comunes para identificar con precisión y abreviar en descripciones, cuando hemos de referirnos a una de nuestras frecuentes experiencias extáticas visuales...
Lo que sigue es una breve primera entrega de lo que he dado en llamar "la guía". Disculpas anticipadas si me alargo describiendo, pero es que escribiendo me los imagino y... you get the idea.
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Tanque: Se corresponde con el tipo de cuerpo fornido, de amplio desarrollo torácico, brazos fuertes, cuello corto o grueso, generalmente no muy alto, o si lo es, también es extremadamente fornido: la clave está en que se percibe como "ancho" más que "alto". Puede ser de gimnasio o no: tener un torso amplio natural. No confundo con "papiao" (ver). Una línea muy delgada lo separa de las vacas (ver). Tanquecito es su equivalente en pequeña estatura (mmmm....) o en jovencito (re-mmmmm...)
Vaca: Un tanque que "se pasó". Si es de gimnasio, se inyecta o abusa de los hierros; si no hace ejercicios, come como troglodita y la proporción corporal pasó del cubo a la esfera. Vaca también se refiere a los que tienen grandes músculos pero flácidos o redondeados, como ubre... No del todo descartables...
Camión, camión de carne: Similar al tanque, es quizá un poco más "echao pa'lante" y voluminoso. Estos sí que son, por regla general, adictos al gym. Si está demasiado bueno lo hace a uno perder el decoro, y hasta salirse de la correcta pronunciación: se vuelve un "camión de calne"...
Papiao: Sorry, no hay manera más correcta de escribirlo. "Papeado" se ve más bonito, pero no tiene la misma fuerza expresiva. Este término cubre casi cualquier tipo de cuerpo, con el común denominador de que se nota a simple vista el trabajo de gimnasio. Quieren a su cuerpo; uno no puede sino quererlo con ellos...
Tarzán, Greystoke: Uno de mis favoritos. Tiene un tipo de cuerpo que recuerda a la mencionada película animada de Disney: músculos alargados pero generosos, impresión de flexibilidad y agilidad. Pies y manos grandes, estas últimas generalmente cuelgan de una manera animal, salvaje... Tetas no muy voluminosas. Cintura estrecha. Si van en shorts o bermudas, destacan unas pantorrillas perfectas; si van sin franela (suele ser así, son extremadamente deportistas) los abdominales podrían matarte de impresión, la ingle se marca descarada. No se descarta el pelo largo, liso, para completar la analogía visual.
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Quedan otros tipos para futuras entregas, cosa de no hacer de este post una enciclopedia intragable. Aunque considerando el tema, tragar es uno de los verbos que se me viene a la mente...

sábado, 3 de junio de 2006

Gay=escándalo=¡ventas!

"Narcogays destapan corrupción policial" tituló en estos días El Mundo, vespertino caraqueño, para referirse a una banda que intentó pasar kilos y kilos de droga tragada desde Venezuela a Francia. El caso es que 18 de las ¡22! mulas eran aparentemente, travestis. ¿O transexuales? ¿Tranfor? Quién sabe... Por ahí decía algo de una peluquería, no se qué de una fiesta en Francia... pero en el título sí lo pusieron bien grandote: NARCOGAYS.
¿Me quiere alguien explicar qué carajo es un narcogay? A ver... Narcotráfico es tráfico de narcóticos. ¿Entonces un narcogay es un marico que trafica droga? Me suena más bien a alguien que se "aparcha" sólo bajo los efectos de un narcótico (algo así como los "machos" que se emborrachan y reparten culito: yo los llamaría etil-gays).
Un marico que trafica droga es un narcotraficante, como lo es cualquier mula hétero, o la lesbiana tragada, o el tranformista con maleta de doble fondo... ¿Los vas a bautizar Narco-lesbi, Trans-narco, héterotraficante? ¿Por qué entrar en la exploración de la preferencia sexual del criminal? ¿Por qué no construyen el apelativo con cualquier otra de sus características: el narcogordito, una narcocelulítica, el narcomaracucho, los narcocatires, el narcobigotudo..? Simple: ¿a que compraron bastantes periódicos los que vieron el titular y se imaginaron el escándalo y la cantidad de chistes que iban a poder sacar con la palabrita? Seguro le pueden ver el morbo a la cosa: "además de marico, narcotraficante..." En la mente de muchos, un doble criminal...